Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Marlaska no acepta las evidencias

01/12/2022

Es juez, pero se niega a aceptar las evidencias. Las niega porque son la prueba de que mintió en el Parlamento.

Hagamos un ejercicio de bondad y brindemos al ministro Marlaska el beneficio de la duda: cuando dijo que no habían entrado inmigrantes en territorio español tras saltar la valla de Melilla es posible que no tuviera datos concretos sobre cómo se produjeron aquellos hechos trágicos que provocaron una treintena de muertos y varias decenas de heridos, entre ellos miembros de los cuerpos de seguridad españoles, sobre todo guardias civiles. Puede haber sido esa la razón de que Marlaska negara las acusaciones que recibía de diputados de todo pelaje y condición, algunos de ellos compañeros de gobierno. Pero después de conocer los videos con imágenes que no admiten duda, es insultante que persista en la versión inicial.

Los videos recogen que algunas de las escenas más violentas, con resultado de muerte, se produjeron en el lado español de la frontera, ya no vale seguir negando lo ocurrido. Sin embargo sí lo ha hecho Marlaska y además ha utilizado la estrategia tan manida de que la mejor defensa es el ataque, acusando a PP y Vox de cuestionar el trabajo de la guardia civil. No lo han cuestionado. Solo faltaba que el ministro de Interior de un gobierno con socios que atacan de forma permanente e implacable a la guardia civil, un gobierno que ha aceptado que la GC civil de Tráfico pierda sus competencias en Navarra por exigencia de un partido que desciende directamente de ETA, la banda que ha asesinado a docenas de miembros de la GC, acuse ahora a los dos partidos que más la han defendido junto al PSOE de verdad, el no sanchista, que también sumaba víctimas de ETA.

PP y Vox no han cuestionado el trabajo de la guardia civil, sino que han exigido responsabilidades a Interior por no dotar de los instrumentos necesarios a los miembros destacados Ceuta y Melilla, atados de pies y manos por falta de personal y medios a la hora de defender la frontera, impedir que entraran inmigrantes ilegales y, también -sí, también- ayudar humanitariamente a quienes sufrían heridas de distinta gravedad al asaltar la valla en las muchas ocasiones en que lo han conseguido.

No ha sido día para que el gobierno saque pecho. Su titulad de Interior no estado a la altura, y la ministra de Igualdad se ha superado a sí misma como ejemplo de sectarismo, irresponsabilidad, inexperiencia y cantidad infinita de mala fe al acusar al PP de promover "la cultura de la violación". Qué sabrá ella, que se negó a aceptar las advertencias que le hicieron sobre sobre los beneficios que concedía a los violadores la ley del si es sí, su ley. Lo que hay que ver. Y lo que hay que escuchar. Más le valdría a Montero entonar un gran mea culpa; pocos españoles han hecho más daño a la sociedad.