La competitividad de CyL se estanca por el entorno económico

David Alonso
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Un informe del Consejo General de Economistas revela que Castilla y León muestra un nivel competitivo «medio-bajo» con un leve crecimiento anual, aunque se mantiene en el séptimo mejor puesto nacional

Dos hombres trabajan en el interior de una factoría instalada en la Comunidad. - Foto: Eugenio Gutiérrez Martínez

La competitividad de Castilla y León avanza pero lo hace a un ritmo más lento que el conjunto del país,  lastrado, principalmente, por el entorno económico y empresarial de la Comunidad. Así lo refleja el Informe de la Competitividad Regional en España 2019 del Consejo General de Economistas, que sitúa a la región en el séptimo puesto a nivel nacional en cuanto a la evolución de su competitividad. El documento revela que Castilla y León vuelve a alcanzar en 2018 un nivel competitivo relativo medio-bajo, mostrando un «leve crecimiento anual» y pone el foco sobre la «desfavorable evolución» autonómica del la variación real del PIB, su coeficiente de apertura externa, la deuda por habitante y la cifra de mujeres empleadoras. Con todo, Castilla y León obtiene una nota final de 78 puntos, por debajo de la media estatal, enmarcada en las regiones con unos niveles competitivos de nivel medio-bajo y bajo.


El informe, que se elabora de forma anual por el Consejo General de Economistas alerta que, a pesar de los buenos datos que mantiene la Comunidad en el apartado ‘Entorno Institucional’, situándose como la cuarta mejor de España, lo cierto es que indicadores como el saldo de las administraciones públicas, el gasto corriente neto de intereses o el esfuerzo fiscal anotaron una tendencia negativa durante el ejercicio examinado, marcando el único punto rojo en la evolución regional.


Por el contrario, el entorno económico y empresarial analizados dejan a la Comunidad en los puestos de cola y se encuentran detrás del leve repunte competitivo autonómico, según el CGE. De esta forma, Castilla y León ocupa los puestos 10 y 12 respectivamente en indicadores como PIB por habitante; inversión extranjera directa; tasa de actividad; empresas con más de 250 trabajadores; mujeres empleadoras; o empresas exportadoras regulares. Sin embargo, los economistas apuntan a una tendencia alcista «moderada» en estos campos.


Los otros aspectos estudiados por el documento arrojan tasas de crecimiento medio-bajo, con tendencias moderadas o sin variaciones, aunque destacan las buenas notas obtenidas en innovación, donde la Comunidad ocupa el sexto lugar de España, con una repunte «leve» de la competitividad. Con estos indicadores, Castilla y León se mantiene fuera de lo que los autores del informe denominan como el «triángulo competitivo» de España, y que se articula entre la Comunidad de Madrid, País Vasco, Cataluña, Navarra y Aragón.


Deslocalización territorial

El presidente del Consejo General de Economistas españoles, Valentín Pich, destacó durante la presentación del documento que  «una deficiente dotación de recursos» genera el riesgo de «desvincular la competitividad del territorio dejando partes de la población al margen de las inversiones». 


De esta forma, revela que «la brecha de competitividad entre comunidades nos puede llevar a una economía dual que corre el riesgo de provocar la deslocalización territorial con la consiguiente merma de oportunidades sobre el crecimiento económico y el empleo». En este entorno de competencia y mercados globalizados, apunta Pich, las comunidades que «dispongan de mejores activos en innovación, eficiencia empresarial, capital humano o entorno institucional son las que van a generar mayores oportunidades y capacidades para lograr una destacada posición competitiva».