«Hay cosas en las que estamos peor que hace años»

I.Camarero Jiménez
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Javier Dapena sigue siendo el hijo del de la tienda del barrio, aunque también se le recuerda por haber 'montado' con 22 años El Encuentro, después La Gruta, Quondam y Valinor, hoy su realidad laboral es otra pero siempre ligada a su querida Ávila

«Hay cosas en las que estamos peor que hace años» - Foto: Ana I. Ramirez

Hablar de Javier Dapena (Ávila, 6 de diciembre de 1968) es hacerlo de la historia de Ávila porque tras de él y de su familia está la historia también del comercio y de la hostelería de la ciudad.

Su familia tuvo negocios de alimentación en general, pescadería, frutería y si por algo se recuerda a Javier es por la hostelería ligada al ocio nocturno. Y es que hubo un tiempo en el que el mundo de la noche abulense era diferente a lo que vivimos en la actualidad. Se salía, tanto que «a quienes teníamos negocios no se nos conocía por nuestro nombre y apellido sino que por apellido teníamos el nombre de nuestro negocio yo era Javi Encuentro (su primer bar porque luego llegó La Gruta, Quondam y Valinor), Julián era Julián Paraguas, estaban Paco Rúa, Félix Mina, y así. Nuestros negocios cambiaron nuestros apellidos». Desde luego no parece molestarle que esto ocurriera así.

En esos negocios Javier forjó su futuro que hoy pasa por su fichaje en una multinacional como es Coca Cola, una empresa que desde luego le ha permitido cumplir un sueño y ése no es otro que seguir viviendo en la ciudad que quiere para él y que quiere para su familia.De hecho está entrevista ha resultado ser toda una oda a Ávila porque está claro que es algo que ama y por lo que quiere luchar y en la medida de lo posible es lo que está  haciendo. «Hay que apoyar iniciativas para hacer que la ciudad vaya a más». Merece la pena. Ávila le ha dado todo y le ha hecho feliz, como cuando consiguió reunir a su generación en torno a sus negocios. Se trataba también de que la gente no se metiera en casa porque «cuando tu generación se mete en casa... o eres capaz de reciclar tu negocio detectando las necesidades o bien acertar con lo que quiere una generación que no es la tuya» 

Sabe que no lo hizo mal, pero reconoce que tuvo dificultades como todo el mundo que monta una empresa. Ser autónomo es harto complicado porque ahí es donde no hay horarios, los horarios «los marca el cliente» y además «trabajas cuando los demás se están divirtiendo».  Su primer local lo abrió con 22 años y allí se rodeó de un montón de gente que luego abrió sus propios negocios: «Estuvo Ne, Vita, Chacal,Nacho» y tantos y tantos otros. Tras El Encuentro que fue el primero, llegó La Gruta un año después; en el 95 abrió Quondam y dos años más tarde,Valinor. La noche, la hostelería hace «muy difícil conciliar». Pero él lo logró porque tuvo a su primer hijo, Javier hace 26 años, un chaval del que se le ve profundamente orgulloso ya que estudió Filosofía pero «imparte clases de español en el Instituto Cervantes, en Cracovia (Polonia)». Nacio  seis años después de empezar su noviazgo con Marga con la que lleva 32. Después llegaron sus otras dos hijas, aunque como dice él: «He sido padre en cómodos plazos». Tras Javier llegó Alejandra, hace ahora 17 años (que quiere estudiar Psicología) y después, Clara, hace 12.

Resultó tener la cabeza bien puesta nuestro protagonista porque él tiene claro que «empezar un primer negocio a los 21 te garantiza estar arruinado a los 26 o 27» (ríe). «La gente te recuerda por los negocios  llenos, pero había momentos muy duros». De hecho, ahora  «viendo la realidad desde el otro lado, trabajando en una empresa que te da perspectiva, entiendes mejor los problemas de la hostelería».

Mucho ha cambiado el panorama desde que él empezó hasta ahora «gran parte de los negocios tradicionales han desaparecido, es así. En 12 años el 50% de los bares tradicionales ha desaparecido en Ávila» y en mucho se debe a esa España Vaciada, que se adentra en estas conversaciones en el Lienzo Norte y para la que Javier tiene su propia explicación. Considera que ese vacío está en los pueblos, pero también en las pequeñas ciudades, como la nuestra. La España Vaciada en lo que a los pueblos se refiere considera que se inició hace mucho, las ciudades se nutrrían de los habitantes de los pueblos, pero ahora como de ahí ya no se puede tirar... «Las grandes ciudades se están alimentando de las pequeñas». 

¿Qué es lo  primero que te viene a la cabeza sobre Ávila?

Mi casa, mi ciudad. Tengo mucho apego a Ávila.

Y ¿lo que más le gusta de Ávila?

Que se vive muy bien, la verdad. Estoy muy a gusto aquí y mi familia, también. Y es que al final, para que tengamos paz, necesitamos tener paz a alrededor. Si quiero estar bien, necesito que los míos estén bien. He hecho una apuesta por Ávila y Ávila me da eso.

¿Y lo que menos?

El crecimiento de nuestro pesimismo. Hay razones para ello pero con el pesimismo no podemos evolucionar.

Un lugar para perderse.

Hoyos del Espino y Candeleda. En Ávila, cuando llego tarde de viaje, pero no especialmente tarde, no noche cerrada, pero sí que de alguna manera la ciudad esté acostándose, pues me encanta dar una vuelta a la Muralla.

Un recuerdo de la infancia.

Pues todos aquellos de cuando la famila estaba al completa. Aquellos momentos hacen que idealices esa familia completa. 

Un personaje abulense que le haya marcado.

 Adolfo Suárez, sin duda. Ser contemporáneo de alguien tan importante y relevante. Siendo niño gracias a él fui consciente de que se podía ser de Ávila y además un tío importante. 

El mayor cambio que necesita Ávila es...

Necesita un plan de ciudad a medio plazo por lo menos para saber dónde nos gustaría estar.Sin plan a medio o largo plazo, las actuaciones son parches. Sin plan se gestiona la urgencia. Sin pensar en utopías me haría una pregunta y es:¿Cómo me gustaría que fuera Ávila en 2030? por ejemplo . Toda vez que esté definida, marcados los objetivos conseguibles, actuar. 

Y tiene que mantener...

Ávila es realmente como un parque temático, con un continente maravilloso. Ahí, si fuésemos capaces de crear contenidos para el continente y contarlo, sería estupendo. 

¿Qué le parece Ávila hoy en día?

Me parece que cada vez viene más gente y es bueno. Pero que está castigada del mismo modo que otras ciudades pequeñas. (Por las consecuencias de la crisis económica   y debido a que hay más ladrillo de lo que sería normal.

¿Cómo ve el futuro?

Con ese plan a largo plazo que es fundamental. No sé como tendría que construirse pero lo necesita.

¿Qué puede aportar usted a la ciudad?

Más que a la ciudad, a mi entorno, a mi familia y amigos que saben que siempre intento desdramatizar y poner todo en el contexto adecuado.