La Junta alerta del repunte del furtivismo en Gredos

I.Camarero Jiménez
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Desde el servicio territorial de Medio Ambiente reconocen que las muertes por esta práctica ilegal están en niveles de 2008 y suman «casi las mismas» que las bajas provocadas por los ataques de lobo

La Junta alerta del repunte del furtivismo en Gredos

El furtivismo está de vuelta en la Reserva Regional de Caza de la Sierra de Gredos. Realmente nunca se ha marchado, pero el problema es que la Junta de Castilla y León ha detectado y así lo reconoce que «hemos vuelto a los niveles de 2008». ¿Los motivos? Como en todas las prácticas ilegales pasan porque aquellos que se dedican a ello de algún modo «han perdido el miedo a que les pillen». Son palabras del director técnico de la reserva, de Manuel Díez. «Sí, realmente el furtivismo está en sus niveles más altos desde 2008», de hecho «igual que el lobo ha mermado la población de cabra en Gredos, casi en la misma medida lo han hecho los furtivos».

Cuantifica los daños por lobo y las pérdidas suman 87 ejemplares certificados desde el año 2017 y otros tantos, «casi», los han matado los furtivos. La diferencia entre uno y otro pasa porque el primero ataca a aquellos que no se pueden defender en general, a los machos más viejos que «precisamente son los que se cazan» y el segundo, no selecciona y mata a aquellos animales «en pleno vigor». Entre unos y otros han hecho mella en el plan de caza. Nos explicamos.

No se trata de que los ejemplares que ayer llegaron a la subasta celebrada en El Hornillo sean menos que el año anterior, de hecho salieron los mismos a la palestra, 86 lotes, 86 machos, si no que, dado que han desaparecido los de mayor edad, «hemos tenido que bajar las puntuaciones de los ejemplares incluidos en el plan de caza, con lo que ciertamente baja la calidady en parte, nuestra excelencia», nos apunta la presidenta de la Asociación de Propietarios de la Reserva Regional de Caza de Gredos, María Ángeles Prieto. Claramente hay preocupación.

La población de caza está garantizada, hay ejemplares jóvenes y mayores y se mantiene en los mismos niveles de siempre que pasan por una población cuantificada de entre 7.000 -7.500 ejemplares de cabra montés, pero lógicamente hay que preservar a los de mayor edad y eso repercute en los ingresos que genera la tradicional subasta. Se han rebajado esas puntuaciones, en definitiva.

Manuel Díez cuantifica las pérdidas: en 2017 murieron en las fauces de los lobos un total de 28 ejemplares con una media de edad de 13 años;en 2018 ese número se redujo un poco, hasta los 18 con una edad media de 12,5 años, pero es que el pasado 2019 fueron nada menos que 41 con una media de edad de 12,1 años. En suma, 87 ejemplares menos y eso,  «los certificados» porque hay más seguro. Los celadores y los vigilantes son los encargados de certificar esas muertes por lobo, pero eso ocurre cuando se encuentra el cadáver de la cabra poco después de la muerte, ya que cuando han pasado días o semanas ya no es certificable. 

Como decíamos al principio las muertes por furtivismo suman casi las mismas y a ello se suman otras causas (muerte natural, enfermedades...). Total, en tres años, 200 ejemplares menos.

Ahondamos en el furtivismo y en las causas del repunte ¿Por qué se pierde el miedo? Entre otras cosas porque no ha habido grandes operaciones para frenarlo:«La última data de 2008» y lógicamente en los años posteriores se frenó esta práctica, explica Díez quien recuerda que recientemente se detuvo a unos individuos ‘in fraganti’. Eran varios y habían abatido cuatro ejemplares «pero no fue una operación como tal». Fueron los propios vigilantes los que se percataron de la presencia de dos individuos y oyeron un disparo lo que posibilitó la detención.

Es por eso que tanto desde la Junta como desde la Asociación de Propietarios de la Reserva de Caza llamen a la colaboración ciudadana para que se sume a la acción de vigilancia y a la que llevan a cabo las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. 

Y es que, continúa Díez, «resulta que en uno de los casos el furtivo en cuestión estaba alojado en uno de los pueblos más pequeños de la reserva y los vecinos no se percataron, todos nos enteramos después». «Si se hubiera comentado...», reflexiona.

Se trata de poner freno al furtivismo, ése que tanta mella hizo en los años 70 sobre todo en la vertiente sur de Gredos (mucho más accesible que la norte por orografía). Allí es donde estaban los ejemplares de mayor edad en los años 50/60 y 70 pero el furtivismo acabó con ello y ahora la población de cabra montés es allí de menor edad. «No es que sean más pequeños, ni lleguen a menos edad ni por orografía ni por clima, el furtivismo lo degeneró».