Carolina Ares

Escrito a tiza

Carolina Ares


¿Leemos este verano?

25/06/2022

La lectura puede llegar a ser una de las actividades que mayor placer reporte al individuo, la preferida incluso, si damos con los textos adecuados. La respuesta de los niños hacIa los libros debería estar basada en las emociones que les produce los escritoS, de las sensaciones e imágenes que experimenten al leer la historia, en ningún caso debería estar marcada por otros factores, como las expectativas externas de los adultos o la dificultad para leer el texto. Por eso esta semana con el verano encima, reflexiono sobre lo que podemos poner de nuestra parte los adultos para que los niños vean la lectura como una actividad mágica. 
Durante este proceso tenemos que ser guías, ayudarles, orientarles, en ocasiones, obligarles, pero siempre buscando temas de su interés que les den un extra de motivación. Un buen modelo tiende a ser imitado y si los niños ven libros en casa, están acostumbrados a usarlos o ver cómo los usan, estarán más motivados. Diversos estudios demuestran que hay una correlación directa entre el ambiente en el hogar y la predisposición a la lectura. El entusiasmo es fundamental. Hablar con los niños de los libros que le gustan no solo acerca y da ejemplo, sino que ayuda a construir un entorno en el que la lectura es algo deseable. Además, una buena biblioteca, con una ambiente rico en libros y animada correctamente contribuye a crear este ambiente divertido y mágico. Estos textos deben de ser de fácil acceso y ser utilizados de manera natural. Los libros forman parte de nuestra vida, no están de adorno. También es importante que demos tiempo para disfrutar de ellos. Dotar a los niños de oportunidades para mirar y escoger qué libro quieren, y sobre todo, proporcionar tiempo para leer: no se convierten en lectores de la noche a la mañana, por ello es igual de importante darles un rato para leer tranquilamente, buscar una rutina lectora. Esta puede ser compartida por los adultos, que vean que también de mayores se saca tiempo para leer, ya sea después de comer, a media tarde, antes de dormir… Finalmente, compartir y hablar sobre ello dota de importancia a la lectura realizada y a la historia contada. 
Desde que los niños entran en contacto con los libros, hasta que dominan la lectura y encuentran el placer en ella, hay un largo proceso en el que debemos de alimentar y guiar a nuestros niños y sobre todo animarlos. Este aprendizaje es una tarea colectiva, que nos implica a todos: padres, docentes, bibliotecarios, libreros… Tenemos que evitar que vean la lectura como un castigo o como una obligación. Hay que proporcionarles libros que despierten su interés e historias que quieran continuar leyendo. La literatura es para ello nuestra arma más eficaz.  Debemos acercar a los más pequeños a la narrativa, a la poesía y al teatro, pero también los libros divulgativos afines a sus intereses. Nuestro cometido es guiarles para que descubran los géneros que se les ofrecen y que experimenten cuál es su mayor fuente de disfrute. Podemos exponerlos a todo tipo de historias, desde las más fantasiosas, que hagan volar su imaginación, a las más realistas, que les hagan sentirse identificados. Aprovechar lo que la literatura nos ofrece para crear lectores motivados. Y los adultos debemos guiarles, animarles y apoyarles, ser el modelo más cercano que puedan imitar. No en vano, uno de los objetivos mínimos de la educación en España es utilizar la lectura como fuente de placer y enriquecimiento personal. 

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