La modestia que caracterizó a José Jiménez Lozano quizá sea la responsable de que el que posiblemente sea el más importante autor abulense contemporáneo haya pasado desapercibido incluso para muchos de sus propios paisanos. Así es que una actividad literaria celebrada este lunes en el Auditorio Municipal de San Francisco de Ávila proponía a unos «reencontrarse con su obra y a otros a descubrirla», tal como explicó la escritora Clara Martín, que junto a Juan Antonio Hernández -entusiasta de la obra del Premio Cervantes 2002- fueron acercando al público asistente a la vida y a la obra del escritor nacido en Langa a través de la lectura de sus propios textos.
La actividad, incluida en el programa del Festival Internacional de Literatura en Español de Castilla y León (FILE), contó también con el acompañamiento musical de la guitarra clásica de Raúl Jiménez, que interpretó principalmente piezas de bandas sonoras.
Tras escucharse un primer fragmento de ‘Memorias de un escribidor’ en el que José Jiménez Lozano aludía precisamente a su nacimiento en Langa en 1930, Juan Antonio Hernández le situó «fuera de los circuitos de las modas literarias» hasta tal punto que acabó advirtiendo que el acto en sí casi podía considerarse «subversivo» por celebrarse «en estos tiempos de bestsellers sin ninguna sustancia», dijo. Y en contraposición a la permanente exposición pública de quienes hoy publican, recordó que el autor de ‘El Mudejarillo’ ni siquiera presentaba sus libros pese a haber publicado más de ochenta obras.
Además de textos escritos por José Jiménez Lozano también se escucharon los que le dedicó su amigo y compañero de oficio Miguel Delibes, que fue precisamente quien presentó su candidatura al Premio Cervantes, máximo galardón de las letras españolas. Entre las palabras con las que el autor de ‘El hereje’ glosó al autor de Langa, fueron seleccionadas aquellas en las que le presentaba como «un ardiente defensor del débil y del desheredado».
Del acercamiento a José Jiménez Lozano realizado en Ávila a propuesta de la Librerías Letras también se destacó su «humor socarrón detrás de la corteza de una cara seria, a veces malhumorada», apuntó Juan Antonio Hernández, que también subrayó hasta qué punto le interesaban las gentes anónimas, en las que siempre encontraba inspiración, tal como quedó reflejado en la lectura de textos de ‘El Mudejarillo’.
Para Hernández, la «estética literaria» de José Jiménez Lozano «es la del adobe, la del barro» del que se levantaban las modestísimas casas del pueblo morañego en el que nació, su «patria».
A lo largo del acto fueron aportándose las claves de la figura y la obra del escritor de Langa con el único propósito de invitar al público a acercarse a sus textos. Nunca es tarde para disfrutar de la literatura con mayúsculas.