Un abulense, entre los alumnos más brillantes de la región

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Fernando Herráez ha obtenido la mejor calificación de Ávila en los Premios Extraordinarios de Bachillerato

Un abulense, entre los alumnos más brillantes de la región

Fernando Herráez Rodríguez, alumno del IES Vasco de la Zarza, ha conseguido la mejor nota en el Premio Extraordinario de Bachillerato que concede la Junta de Castilla y León.

El alumno, al conseguir esta mención, recibirá una asignación de unos 1.000 euros, un diploma que le reconoce como ganador del premio, y la exención o bonificación en los pagos públicos del primer curso académico que inicie.

Fernando realizó un total de tres exámenes para conseguir hacerse con el premio, en el que figuraban dos pruebas de materias troncales, lengua y literatura y lengua extranjera, en este caso, inglés, y una materia optativa, que en su caso fue la asignatura de física.

Fernando, que necesitaba una media de 8,75 en el cómputo de los dos cursos de Bachillerato, superó con creces este límite, con una media de 9,71 de las calificaciones de los dos cursos, además de un sobresaliente 9,66 en las notas de la EBAU, las pruebas que dan acceso a la universidad, es decir, lo que se puede calificar como un expediente casi perfecto, que le deja un amplio abanico de elecciones de cara a su formación de estudios superiores.

El joven abulense declara que en ningún momento antes de realizar la prueba pensaba que iba a ganar, y fue, al salir de los exámenes y saber que las sensaciones que le dejan son buenas, cuando empezó a creer que tiene posibilidades.

A  estas alturas de verano, la mayoría de alumnos que han terminado de forma satisfactoria el Bachillerato tienen decidido destino y disciplina para cursar el próximo curso, y también es el caso de Fernando, que ha decidido que estudiará Ingeniería Industrial en la Universidad Politécnica de Madrid, pese a que según comenta, «también estuvo presente la posibilidad de cursar Historia en la Universidad de Salamanca», pero que se decidió porque la ingeniería presentaba un abanico más amplio de posibilidades.

El joven quiere orientar su carrera profesional, probablemente, al mundo de la agricultura, puesto, que su padre, ingeniero agrónomo, le ha ayudado «a vivir un poco más de cerca este campo», y le ha llamado la atención, pese a que asegura, que esta carrera, «permite tener una gran cantidad de objetivos posibles».

Fernando ha comentado que durante el último curso ha estudiado «una media de siete horas diarias, sin duda un proceso duro», pero que según dice, ha hecho más llevaderos el gran grupo con el que ha compartido aula durante Bachillerato.