La obesidad infantil afecta el doble a familias con renta baja

EFE
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El sobrepeso afecta al 23 por ciento de las familias con rentas inferiores a 18.000 euros, mientras que esa cifra se reduce al 11% cuando los ingresos son de 30.000

Uno de cada tres menores no realiza ningún tipo de actividad física.

Los escolares procedentes de familias con rentas más bajas tienen peores hábitos alimentarios y son el colectivo más vulnerable a sufrir exceso de peso; de hecho, el 23,3 por ciento de los niños de entre 6 y 9 años pertenecientes a estas clases sociales sufre obesidad, el doble que en el caso de las familias con rentas altas.

Esa es la principal conclusión del Estudio Aladino 2019 presentado ayer por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, que destacó que la obesidad es un problema de salud que tiene una causa social y manifestó su «enorme preocupación» por estas cifras.

Este informe sobre la alimentación, actividad física, desarrollo infantil y obesidad que elabora periódicamente la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), analiza los datos de peso y talla de 16.665 escolares de entre 6 y 9 años de 276 centros de educación Primaria públicos y privados de toda España.

Con los datos de esta última edición se observa un «estancamiento» de las cifras de sobrepeso y obesidad, que habían descendido un 3,2 por ciento entre los años 2011 y 2015, pero que se mantienen en la actualidad, de manera que la prevalencia de sobrepeso en la población infantil es del 23,3 por ciento y la de la obesidad del 17,3.

Además, un 4,2 por ciento de los escolares presentan obesidad severa y la prevalencia del sobrepeso es superior en las niñas, mientras que la de la obesidad y la obesidad severa es mayor entre los chicos.

«La pobreza es transversal a la mayoría de los indicadores de sobrepeso y obesidad», alertó el ministro de Consumo, que explicó que la clase social incide de manera directa en el tipo de alimentación y ocio de los niños. Así, destacó que según los datos del estudio, la obesidad infantil afecta al 23 por ciento de las familias con rentas inferiores a los 18.000 euros, mientras que en el caso de ingresos superiores a los 30.000 euros las cifras se sitúan en el 11,9 por ciento.

El estudio pone de relevancia que los progenitores de los menores con exceso de peso no perciben el problema y en muchas ocasiones consideran el peso de sus hijos como normal. Así, el 88,6 por ciento de los padres de escolares con sobrepeso no lo perciben como tal.

En cuanto a la calidad de su alimentación, el informe detalla que un 76,2 por ciento de los niños debe mejorarla y que, aunque ha aumentado el consumo de fruta respecto a años anteriores, solo un 20,1 por ciento la consume habitualmente en el desayuno.