"La covid-19 ha mermado todavía más la libertad religiosa"

B.M
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Ávila acogió la presentación del Informe de Libertad Religiosa en el Mundo, un derecho en retroceso los dos últimos años

"La covid-19 ha mermado todavía más la libertad religiosa" - Foto: Isabel García

En los dos últimos años se ha mermado todavía más la libertad religiosa, en un tiempo en el que además la influencia de la covid-19 ha sido negativa en este derecho. Estas son parte de las conclusiones del Informe de Libertad Religiosa en el Mundo, que cada dos años realiza la fundación de la Santa Sede Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), y que este lunes fue presentado en Ávila.

En esta presentación participó el obispo abulense, José María Gil Tamayo, junto con representantes de la ACN, entre ellos Raquel Martín, responsable del departamento de comunicación.

Explicó Martín que en los dos últimos años el derecho de libertad religiosa «está más en caída libre», con más países donde se discrimina y donde se persigue por la confesión religiosa, reconociéndose «objetivamente que el cristianismo es la religión más perseguida del planeta».

Respecto a la covid, es «una amenaza que ha supuesto cambios, legislaciones, quizá sea la amenaza más grave que se ha producido en la sociedad moderna a nivel mundial donde ha arrasado el virus con razas y todo tipo de religiones». Y lo que se ha demostrado es que «la covid-19 ha mermado todavía más la libertad religiosa» tanto en países donde estaba en cuestión como el países donde se respetaba y han saltado luces de alarma. Lo que ha sucedido es que en muchos países se ha discriminado a minorías por su credo en el acceso a alimentos o kits sanitarios básicos, también se ha favorecido el avance del yihadismo porque estados frágiles estaban más preocupados en contener la pandemia, se han estigmatizado a minorías acusándolas de ser la causa del virus, y ya en países de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa), «se ha extralimitado el límite al culto de manera preocupante y en algunos casos arbitraria». En el propio informe se señala que a principios de junio de 2020, mientras Madrid y Barcelona seguían bajo las restricciones de la covid-19, que limitaba el aforo de los lugares de culto al 30 por ciento de su capacidad, se permitía a miles de personas reunirse en marchas.

En el entorno de la presentación de este informe, el obispo de Ávila recordó que más de 60 países en todo el mundo están con problemas de libertad religiosa, cuando es un «derecho humano fundamental y así lo recoge nuestra Constitución y la Declaración Universal de los Derechos Humanos». Añadió que esta libertad religiosa es como «el termómetro del nivel de libertad en un país y en una sociedad» «porque «la libertad religiosa es una parte que a nadie se le puede prohibir, que tenga sus convicciones religiosas y que las manifieste externamente».

Insistió en este sentido que «nuestro estado es un estado aconfesional y no es un estado laicista. El laicismo cuando se convierte en una bandera lo que quiere interponer en el espacio público es la ausencia de religión o reducirla al ámbito de lo privado, que no tenga manifestaciones públicas». «En este ámbito, el único límite a la libertad de público es el orden público», explicó».

A ello añadió Raquel Martín que en España está garantizada la libertad religiosa pero «hay luces de alarma porque la libertad religiosa no se pierde de la noche a la mañana» pero hay otras libertades como la de la educación donde «si no se permite a los padres educar a sus hijos como consideran oportuno pueden estar dañando el derecho a a la libertad religiosa».