3.600 millones de personas viven sin acceso a un retrete

EFE
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3.600 millones de personas viven sin acceso a un retrete

Casi la mitad de la población del mundo, concretamente 3.600 millones de personas, no tienen acceso a un retrete en condiciones o a ninguno en absoluto, según se puso de manifiesto hace unos días en Naciones Unidas.

El costo de no tener sistemas de saneamiento de aguas, del que el retrete es el símbolo principal, tiene un mayor impacto ambiental que todo el sistema de transportes del mundo, explicó en una rueda de prensa Johannes Cullmann, vicepresidente de la ONU para el Agua, pero desgraciadamente es uno de los factores más invisibles de la contaminación mundial.

Por ello, este año el lema de este Día del Retrete ha sido Hacer visible lo invisible, comenzando por explicar el impacto que la falta de saneamiento tiene en las aguas subterráneas, que constituyen el 30 por ciento del agua fresca potable en el mundo: cuando el agua usada y sucia se vierte directamente en la tierra, contamina de inmediato la capa freática de la que sale el agua potable.

Además, lamentó Cullmann, las regiones del mundo con deficiente saneamiento son aquellas donde no van los medios de comunicación, y esto influye en el hecho de que el saneamiento sea uno de los objetivos de desarrollo sostenible que llevan actualmente más retraso.

Incluso en los países sometidos a conflictos armados la falta de agua potable y de higiene en general mata más que las propias armas, como queda demostrado en República Democrática del Congo o Somalia, donde el consumo de agua sucia se traduce de inmediato en diarreas y brotes mortales de cólera o de fiebres tifoideas.

Las mujeres y los niños son los principales afectados por el deficiente saneamiento, y para resolver este problema específico «no se necesita tecnología: lo que se necesita son decisiones políticas», apuntó el funcionario.

Ann Thomas, del programa WASH de Unicef, recordó que el saneamiento «no vende», y por ello no suele estar en las prioridades para los políticos.