El vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, no está dispuesto a que los Presupuestos salgan adelante con la ayuda de Ciudadanos y, por eso, hará todo lo posible por buscar apoyos en el llamado bloque de la investidura. Bajo esa máxima, mantendrá hoy sendos encuentros con los portavoces parlamentarios de ERC y Bildu para hablar del nuevo curso político y de las Cuentas que, en paralelo, está negociando también la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, insiste en que la última palabra en esta cuestión corresponde únicamente al Ministerio de Hacienda.

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, anunció que la portavoz parlamentaria, Mertxe Aizpurua, se entrevistarán con Iglesias y la próxima semana con Calvo para hablar de los Presupuestos.

A su vez, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, avanzó dos encuentros con los vicepresidentes para hablar «de todo el escenario que se abre»: primero, por la mañana, con el líder morado, y ya después, por la tarde, con la dirigente socialista.

Promesas incumplidas

La reacción de la oposición, al darse a conocer la agenda prevista para celebrar estos encuentros con dos de las formaciones integrantes del bloque de la investidura, no se hizo esperar. El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, acusó al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, de incumplir su promesa de que «jamás» negociaría con Bildu. Así, se preguntó «en qué queda la palabra del presidente de que nunca jamás negociaría con el partido vasco, una formación política que no condena el terrorismo».

Mientras, la portavoz del Gabinete de coalición y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, avanzó que algunas de las medidas fiscales previstas en el acuerdo de Gobierno se pospondrán hasta que la situación económica «lo aconseje», por lo que no se incluirán en el proyecto presupuestario de 2021.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Montero eludió concretar cuáles serán los cambios que se retrasan -estaba previsto subir el IRPF a las rentas altas o establecer un tipo mínimo efectivo en el impuesto de sociedades, entre otras medidas-, aunque insistió en que la recaudación será suficiente para sufragar el Estado del bienestar.

En esta línea, la ministra también explicó que el plan normativo del Gobierno solo recoge los impuestos sobre servicios digitales y transacciones financieras porque son los que necesitan de una ley propia al tratarse de figuras de nueva creación.