La Navidad de 2022 se promete especial. Después de que las fiestas navideñas de los dos últimos años estuvieran marcadas por una fuerte contención en lo físico y en lo emocional, con los viajes y los encuentros muy restringidos, en el 2020, y con la sexta ola de la covid cancelando muchos de los eventos previstos el año pasado, este año vuelve a flotar en el ambiente las ganas de celebración con nuestros seres queridos. Ya sin mascarillas de por medio (en la mayoría de los casos) ni otras restricciones y con la mayoría de las personas haciendo vida prácticamente normal (salvo contagios), muchos ya tienen marcado en rojo en su agenda desde hace semanas la fecha de esa comida con familiares o de esa cena con amigos en alguno de los muchos establecimientos hosteleros de la ciudad y la provincia que ya tienen preparados los menús de grupos típicos de estas fiestas navideñas. Las reservas están fluyendo a buen ritmo y desde la Federación de Hostelería de Ávila se habla de «normalidad», esto es, de unas previsiones de comidas y cenas propias de la época prepandemia, cuando ningún virus llevaba el miedo a la mesa por la posibilidad de contagios masivos.  

«La gente tiene muchas ganas de juntarse y de salir y ya lo está haciendo. Y qué mejor sitio que en las mesas de nuestros bares y nuestros restaurantes», señaló el presidente de la Federación Abulense de Hostelería, integrada en CEOE Ávila, Fernando Alfayate. Así, en cartera hay comidas y cenas más reducidas pero también las grandes, algo que en 2020 no se vio y que el año pasado, aunque al principio parecía que iba a darse, finalmente se truncó en buena medida por los rebrotes y las recomendaciones de no juntarse. Ahora esta situación se ve lejana y parece que nada va a evitar ya que la Navidad de 2022 vuelva a recuperar las estampas de los años previos a la covid. 

Se espera que la semana más fuerte sea la del 12 al 18 de diciembre, sobre todo el fin de semana y tanto en comidas como en cenas, aunque en los días previos a la Nochebuena y la Nochevieja también hay bastante actividad. 

Una tendencia que ha llegado  este año a algunos establecimientos de Ávila es la reserva de familias para las comidas y cenas de los días centrales de las fiestas, un encuentro que antes se hacía exclusivamente en casas pero que, por comodidad, se está trasladando a la hostelería.  

Además, este año también tiene otras particularidades, las propias de una situación económica marcada por una inflación disparada. «Hay movimiento de reservas, pero la gente está intentando ajustar los precios de los menús al máximo», señala Alfayate, quien entiende que la gente intente bajar algunos euros a la cuenta pero «nuestra obligación es poner el precio que permita cubrir gastos y seguir realizando nuestra actividad».

Así, con los precios de la energía y de las materias primas todavía elevados, aunque quizás a menor ritmo de hace meses, no ha habido más remedio que subir el importe de los menús. «Productos como el aceite, la harina o los huevos han subido mucho y los menús también lo han hecho, aunque no tanto», asegura Alfayate, que cifra el incremento entre un 5 y un 8%, frente a una inflación instalada en los dos dígitos. 

En este escenario, el representante de los hosteleros asegura que, pese a que pueda parecer contradictorio, los abulenses de momento no están dando la espalda a la hostelería y siguen yendo a bares y restaurantes y en algunos casos llenando, aunque se mire más el bolsillo y se intente «gastar menos».