Gerardo L. Martín González

El cimorro

Gerardo L. Martín González


Pobres y ricos

01/11/2022

Hay palabras que por temporadas suenan mas que otras, en estos momentos las de pobres y ricos. Si solo fueran unos adjetivos calificativos, como bueno o malo, tonto o listo, sano o enfermo, joven o viejo, y tantos otros, solo serian palabras, literatura; pero es que detrás hay unos contenidos, y esos pueden ser graves. Pero ¿cómo cuantificamos esos hechos, para que reflejen la realidad? ¿Qué línea existe para estar en un lado o en el otro? No es fácil, pues los condicionantes son muchos. ¿es lo mismo un pobre en la India o África, que un pobre en Estados Unidos o España? ¿Es lo mismo un rico en Etiopia que un rico en el Reino Unido? Es tan amplio el tema que nos circunscribimos a áreas limitadas y homogéneas. Comparemos, aunque sea someramente, lo que ocurre en nuestra área, en España y en Ávila. Los especialistas, economistas, sociólogos, cronistas, y también con su ideología, los políticos, tratan de dar normas que definan y encasillen a aquellos. Y nos hablan del umbral de la pobreza, que es el primer paso para entrar en la marginalidad, o fijan unos ingresos, por encima de los cuales pagarán mas impuestos, los clasificados como ricos. Ambas son unas ideas un tanto simplonas, aunque el fin sea definir unos determinados estados de pobreza o riqueza.
Se ha escrito mucho sobre estos conceptos, por lo que no insisto en lo ya conocido. Intento relacionarlos con otros dos conceptos que nos pueden llevar a esos estados que, en mi opinión, son fundamentales: el Estado del bienestar y la Deuda Pública, aunque el tema sea mas complejo, como casi todo en esta vida. El Estado del bienestar, se definió así al terminar la segunda guerra mundial, a lo que otros llamaron Estado benefactor, aunque ya se había intentado después de la Gran Depresión, a principios del siglo veinte, es una forma de intervención del Estado en cuestiones sociales, todas relacionadas de alguna manera con la economía, para abordar carencias sociales, entendidas como Derechos Humanos. Pero ¿es un derecho individual o colectivo? La forma de entenderlo tiene mucho que ver con las ideologías políticas. Los considerados derechos serian, las pensiones, la sanidad, la educación, la vivienda, o unos ingresos mínimos, todo para evitar el desempleo o la miseria, en definitiva, la pobreza. ¿y las obligaciones? ¿solo serían para el Estado? Y poco tiene que ver si el Gobierno es Democrático o no, sino solamente si las medidas que toma son efectivas y justas.  Mas las situaciones de partida no son iguales en todas partes, por lo que puede entenderse que el estado del bienestar sea muy distinto según donde, incluso dentro de un mismo Estado, por regiones, o por poblaciones. El ideal sería que no hubiera grandes extremos, sino una amplia clase media, aunque inexorablemente seguiría habiendo diferencias sociales y culturales.
Paso rápidamente a tocar la llamada Deuda Pública. Cuando un Estado o su Gobierno, no logra cubrir los gastos e inversiones de sus presupuestos, con unos teóricos ingresos, es aceptada de buen grado la emisión de Deuda, que cuando se anuncia y se cubre, se comunica como «un éxito», cuando seria para llorar. Imagínese que el Estado es usted, y que sus hijos le piden hacer un caro crucero. No tiene dinero, pero pide un préstamo, que se le concede a un % de interés y equis años. Otro hijo quiere hacer la carrera de ingeniero del espacio, y pide otro préstamo, o quiere el último coche eléctrico que ha salido al mercado, y pide otro préstamo; además, usted, que tiene una pequeña empresa, se sube el sueldo como directivo, porque puede y quiere, aunque esta empresa vaya mal. Cuando las deudas y los plazos de amortización llegan, tendrá que pedir mas prestamos, hasta que ya nadie se fie de usted en la devolución. Y un día se muere o desaparece, pero las deudas no. El Estado, a través de sus Gobiernos, ya debe la friolera de 1,5 billones de euros, con «b» de burro, uno de los países mayormente endeudados del mundo, que representa el 117% del P.I.B., y cada españolito, usted o yo, debe a quien sea, que puede ser China, 31.350 euros. ¡Pero no se preocupe! hay otros países punteros que tienen mayores deudas, pero son mas fiables, y además todo esto se paga con los PGE, que retraerá de otras partidas, como servicios sociales o inversiones, y no de prebendas políticas (2ª acepción del diccionario) o instituciones inútiles. Y usted, y yo, seremos mas pobres, y no digamos nuestros hijos o nietos, y que se las arreglen como puedan.
Conclusión. Los gobernantes actuales de aquí y también de todo el planeta, están esquilmando los recursos del mismo, con consecuencias ya visibles, todo por un teórico estado de bienestar, o cuanto mas, mejor, pues la competencia internacional es tremenda. En España deberíamos preguntarnos si estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades, y no somos conscientes de nuestras limitaciones, pues los bienes no son infinitos. Ya dijo san Agustín, y también Buda, que no es mas rico quien mas tiene, sino el que menos necesita, base de la felicidad. Aprendemos y corregimos nuestro modo de vida, o el futuro será muy negro. Pero como vivimos en un nebuloso carpe diem ¡pues a vivir, que son dos días!