La recesión se consolida y el PIB no crecerá hasta junio

David Alonso
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El PIB baja un 5,5% en el tercer trimestre y consigue frenar la debacle del primer estado de alarma, aunque el consejero de Economía prevé que el año termine con una caída del 10%

Imagen de un local cerrado en pleno centro de Valladolid. - Foto: Jonathan Tajes

La economía de Castilla y León sigue arrastrada por la incidencia de la pandemia del coronavirus aunque logra remontar la debacle del segundo trimestre y entre junio y septiembre el PIB autonómico bajó un 5,5 por ciento, casi cuatro veces menos que la histórica cifra registrada durante el primer estado de alarma (-18%). La Comunidad acumula ya tres trimestres con crecimientos negativos y consolida la recesión económica aunque el descenso se ha frenado. No obstante, las restricciones impuestas durante la segunda ola del coronavirus –que arrancó en octubre– hacen prever que el último trimestre del año será peor. Estas son las principales conclusiones expuestas ayer por el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, durante la presentación de la Contabilidad Regional Trimestral, donde aplazó hasta mediados de 2021 la fecha en la que la economía de Castilla y León podría volver a la senda de crecimientos positivos del PIB. «Evidentemente, todo dependerá de la evolución de la pandemia», reconocióCarriedo, que quiso aclarar que retomar cifras positivas de PIB no supone recuperar el nivel que tenía la Comunidad en 2019 antes de la pandemia. Para esto la fecha que estima el Ejecutivo regional es todavía más lejana, y el pronostico se aplaza hasta 2022.

El consejero explicó que el año que viene creceremos un 7,5 por ciento, y se recuperarán tres cuartas partes de los perdido este año. En este sentido,Carriedo detalló que la economía de Castilla y León «resiste menos mal» que otras y cerrará el año, previsiblemente mejor que la media nacional, con una descalabro «desconocido hasta ahora» del 10,1 por ciento. «Se consolida la fase de recesión pero disminuye el ritmo de intensidad», apuntó Carriedo.

En lo que respecta a los datos del tercer trimestre, donde el empleo retrocedió menos que la economía, un 4,2%, con la pérdida de 40.000 puestos de trabajo, elPIB autonómico retrocedió un 5,5 por ciento lastrado por la construcción y los servicios, junto a la industria en menor medida, y la falta de consumo e inversión. No obstante, la Comunidad también anotó cifras positivas como la agricultura, el sector energético y exterior, así como las administraciones públicas con su mayor gasto frente a la covid-19.

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Por sectores productivos, destacó el sector primario, que registró un crecimiento del nueve por ciento, porque la Comunidad venía de una mala cosecha el año anterior, frente al aumento de la producción este año, convirtiéndose en la única rama productiva en positivo.

Al otro lado de la línea del cero, la industria, se contrajo menos que la media, un 4,4%. Mucho peor comportamiento tuvo la construcción, que sufrió un desplome del 8,2 por ciento. Por último, que el sector servicios se hundió un seis por ciento. Un descenso motivado por que los servicios de mercado descendieron un 8,5 por ciento, arrastrados por el impacto de la pandemia en el comercio y la hostelería.

Del lado de la demanda, Fernández Carriedo reflejó una menor contribución negativa de la demanda interna al crecimiento del PIB compensada parcialmente con el saldo exterior que pasa de -0,8 a 0,8 puntos porcentuales con una variación. «Si no hubiera sido por el mercado exterior la caída todavía habría sido mayor», reconoció el consejero que ubicó el «mayor sufrimiento» de esta crisis en la evolución de la inversión, con una variación del -13,6 por ciento.