Pilar Álvarez

Lo social

Pilar Álvarez


Nuestras emociones...

11/05/2022

Hace unos días me di cuenta que la emoción invadía por completo mi control ante una situación donde se mezcló felicidad, placer, tristeza, recuerdos etc. Y es que madurar el control de las emociones hay que trabajarlo.
Lo que más me sorprendió es que esta actitud pueda llevar a la influencia de decisiones. Sin embargo las experiencias en nuestras etapas de la vida nos llevarán a la maduración y control de ellas mismas. Teniendo en cuenta, por otra parte, que las emociones deben ser dirigidas por la razón. Cada persona en ese momento que nos acompaña, y contemplan nuestra emoción, donde expresamos con lágrimas, las mismas que llevan todo el contenido expresado anteriormente, dan una opinión.
Eso me llevó a buscar algo de verdad de las llamadas emociones, con ello conocer algo más de mi personalidad. Muchos filósofos pensadores de la antigua Grecia deseaban entender y comprender el tema de las emociones humanas. En todo ello, también está presente la afectividad, y no es fácil ni accesible a cualquier ser humano, porque debe poseer la capacidad de experimentar una gama muy variada de sentimientos.
Por otra  parte, la  afectividad, que acompaña las emociones, es muy compleja y difícil de explicar, de qué manera afecta a nuestra vida humana cotidiana, examinar el mundo afectivo. Sabemos que con las emociones descargamos energía física, por otro lado, ciertos sentimientos. En definitiva, las emociones son una  respuesta emocional de sensaciones agradables y desagradables que difieren en intensidad y duración. Estas sensaciones nos ayudan a afrontar determinadas circunstancias de nuestra vida con mayor o menor éxito.
Otra característica de personalidad son las personas emocionalmente fuertes que tienen un locus de control interno, asumiendo la responsabilidad por sus acciones, pero no se culpabilizan. Son conscientes de que hay cosas que pueden cambiar y otras sobre las que no tienen ningún control, es importante porque cuanto más comprendamos estos aspectos de nosotros mismos  mejor serán nuestra salud mental y nuestro desarrollo social.
Cada persona es un mundo y cada uno de nosotros tiene unas características de personalidad distintas que nos hacen únicos. Mientras algunas personas  son más fríos y muestran poco sus sentimientos, otros son todo lo contrario, son muy sensibles. Luego están las  personas muy empáticas, con una gran capacidad para saber lo que están sintiendo los demás, pudiendo llegar a sentir las emociones de los demás como propias. Con ello  tener  la capacidad de percibir, expresar, comprender y gestionar, las emociones propias y ajenas.  Luego existe la «persona altamente sensible», con alta emotividad  que fácilmente describimos, para ello basta con mirar sus ojos, leer en ellos, considerar las dificultades propias de expresar los sentimientos, por miedo a ser herido sus palabras construyen el acercamiento personal, pues busca el lenguaje que expresa sentimientos y emoción.
La ciencia se ha empeñado en entender su mecanismo, pero en las últimas cinco décadas solo se ha logrado comprender que las emociones son la base de la motivación humana, y que el lugar donde más se reflejan es el rostro.
La rica variedad de experiencias emocionales que las personas pueden vivir las encontramos tradicionalmente poco estudiadas, la  emoción positiva, la excitación, etc. Sino también en las diferencias entre estados matizados, como las distinciones de honor, algo por lo que sentí en mi persona inolvidable momento donde la emoción se hizo muy presente.

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