"La corrupción en España, incrustada en el ámbito político"

E.C.B
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Joaquim Bosch, expresidente de Jueces por la Democracia y autor de 'La patria en la cartera', explica en su libro que fue durante el franquismo cuando la corrupción «adquirió dimensiones institucionales que continúan hasta la actualidad»

"La corrupción en España, incrustada en el ámbito político"

La corrupción en España tiene una particularidad que ha interesado a los expertos internacionales y es que «está incrustada en el ámbito político, a diferencia de lo que ocurre en Centroamérica, donde es sistémica» porque afecta a los políticos, funcionarios, policías, militares, jueces… Así lo entiende Joaquim Bosch, expresidente de Jueces por la Democracia, que en su libro 'La patria en la cartera', presentado este miércoles en el Episcopio, dentro de la programación cultural de la Fundación Jesús Pereda y Comisiones Obreras de Ávila, aborda el fenómeno de la corrupción en España a través de la historia, el derecho, la política, la ética o la sociología.

Comentó Bosch que «la singularidad española es que la corrupción está muy concentrada en lo político, pero ahí nuestros niveles se aproximan peligrosamente, en el ámbito político, a los de Honduras o Guatemala». «Tenemos condenados, en prisión provisional o encausados a presidentes y consejeros autonómicos, presidente de las diputaciones, alcaldes y concejales de algunas de las principales ciudades del país, y esto no tiene equivalentes en la Europa democrática», subrayó, y puso el ejemplo del sur de Italia donde «hay más corrupción sistémica por las mafias, pero ni siquiera allí se llega a los niveles de corrupción política que hay en España».

'La patria en la cartera' ofrece, según su autor, «una explicación de conjunto de por qué tenemos niveles de corrupción tan elevados y por qué es tan difícil erradicar las prácticas corruptas en nuestro país. Y la explicación del fenómeno, desde mi punto de vista, tiene razones históricas importantes». Lo que hace es «desvirtuar las concepciones populares de que es un problema biológico, que hay un gen hispano que está en nuestro ADN o que la culpa es del Lazarillo de Tormes, porque los problemas son de organización de las instituciones. Digamos que hay sistemas institucionales que eliminan o tienen la corrupción en niveles bajos y otros que permiten que se cuele la corrupción, y España estaría en la segunda de las situaciones» y es, a su juicio, en la dictadura franquista cuando «adquiere dimensiones institucionales que continúan hasta la actualidad».