Garoza saca (de nuevo) sus colores

M.M.G.
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El museo al aire libre que Agustín Ibarrola dejó en Muñogalindo está siendo restaurado por tercera vez. En el trabajo, que cuenta con un presupuesto de 10.000 euros, participan Lara Rubín de Célix, Kasandra Pascual y Diego Vallejo

Garoza saca (de nuevo) sus colores

Muchos son los tesoros que encierra elValle Amblés abulense. Aunque quizá sea Ibarrola en Garoza, el impresionante museo al aire libre que el genial artista vasco regaló a la provincia, uno de los más especiales.

Entre los tonos amarronados y verdes de una imponente dehesa repleta de encinas, sobresalen de manera inesperada los llamativos colores con los que Ibarrola transformó las moles de granito tan típicas de esta zona de la provincia de Ávila. 

Azules, amarillos, rojos... Se combinan para contar las historias que el también padre de el Bosque de Oma, en Vizcaya, o los Cubos de la Memoria, en Asturias, tenía en su mente de genio y de las que ahora disfrutan todos aquellos que se acercan a Muñogalindo para contemplar su obra.

Pero esos colores van perdiendo fuerza con el paso del tiempo. Se hace necesario refrescarlos. Y eso es, precisamente, lo que estos días están realizando los artistas plásticos Lara Rubín de Célix (responsable del proyecto) y Diego Vallejo, y la ilustradora Kasandra Pascual.

Durante este mes de julio, los tres restauradores se están encargando de devolver a las 121 obras que componen Ibarrola en Garoza su brillo original, el que surgió por vez primera de las brochas de Agustín Ibarrola, cuando entre 2005 y 2009 se encargó de transformar la dehesa cedida para la ocasión por su amigo Alfredo Melgar.

«Para nosotros es un gran privilegio y responsabilidad realizar este trabajo», comienza a hablar para Diario de Ávila Rubín de Célix, la directora de la restauración. Es ella la que recuerda que ésta no es la primera vez que se llevan a cabo estos trabajos de restauración. Fue en 2014 cuando se intervino por vez primera repintando las piedras, y cuatro años después (en 2018), se repitió el proceso que ahora, otros cuatro años después, vuelve a ponerse en marcha.

En 2014 la obra estuvo dirigida por Jesús Velayos,  que recibía entonces consejos del propio Agustín Ibarrola, y fue en  2018 cuando Rubín de Célix se quedó ya con la dirección del proyecto de restauración.

Han sido, pues, tres intervenciones separadas cada una de ellas por un periodo de tiempo de cuatro años.  «Se hizo así porque si no se perdería mucho la obra y sería más costoso restaurarla», aclara la reconocida artista plástica, que aclara que a partir de ahora se va a cambiar esa manera de trabajar. «Ahora vamos a empezar a restaurar por fases.Cada año se hará un determinado número de piedras».

Pero de momento el trabajo para este verano de 2022 habla de la restauración completa de todas las obras, afectadas, sobre todo, por los efectos del sol. «El sol es lo que más afecta a las piedras, se come el color», apunta en esta ocasión Kasandra, que como sus compañeros sabe que las rocas que están orientadas al norte o aquellas a las que les protege la sombra, están siempre mejor conservadas.

En cualquier caso, ellos trabajarán estos días sobre todas ellas. De momento han finalizado su labor en casi 30 de ellas. Así que, todavía tienen tarea por delante.

la restauración. ¿Y cómo se lleva a cabo la restauración? Y nos explican, por ejemplo, que lo primero que debe llevarse a cabo es una limpieza integral de la piedra para, posteriormente, poder realizar el repintado de las piedras.

Un repintado que no se hace de cualquier forma. Los restauradores siguen al pie de la letra la manera de trabajar del genial Ibarrola, y emplean las mismas pinturas que él usó en su primer trabajo. «Usamos las mismas pinturas que usó él, que son de la marca Titanlux», nos descubre Rubín de Célix una de las muchas curiosidades de un trabajo espectacular.

Una marca conocida, pues, para un catálogo de colores perfectamente establecido y que los tres restauradores respetan al pie de la letra. 

Y en la segunda restauración, los artistas ya trabajaron con el Libro Técnico de la Restauración, en el que se contemplan todos los detalles para poder mantener las obras en el estado en el que, seguro, Ibarrola querría que estuvieran.

Ahora, la avanzada edad del comprometido artista (tiene 92 años) impide que pueda estar en persona en estos trabajos. «Pero nosotros estamos en contacto directo con la familia de Ibarrola, que es la que se encarga de su obra», nos descubre Rubín de Célix, a la que, como a sus compañeros, le cuesta quedarse con una obra como preferida. Aún así, todos se ponen de acuerdo a la hora de destacar la obra 'La luna y el sol' como unas de las más especiales. Se trata de una «obra muy divertida y espectacular para la gente», que puede interactuar con el conjunto de piedras en función del lugar en el que se sitúe a contemplar la pieza, como ocurre también, por ejemplo, en elBosque de Oma.

el presupuesto. La aportación para realización del repintado de las piedras de ibarrola ha sido concedida por la Fundacion 'El valle de las memorias', que preside Andoni Nieto. Y lo ha hecho en colaboración con el Ayuntamiento de Muñogalindo.

Se van a invertir 10.000 euros para devolver el color a las 121 piedras de Ibarrola en Garoza, un museo al aire libre que pese a estos trabajos puede seguir siendo visitado. 

El horario de apertura de Ibarrola en Garoza, en Muñogalindo, es los viernes y sábados de 11,00 a 19,00 horas y los domingos de 10,00 a 15,00 horas.

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ARCHIVADO EN: Ávila, La Dehesa, Asturias