La infancia de Jesús, eje del belén de La Santa

E.Carretero
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El carmelita Vicente Redondo es artífice desde hace siete años del nacimiento «espiritual» que se instala en el claustro de este convento y que él mismo se encarga de explicar a los visitantes

Aunque no es tan popular como otros nacimientos que año tras año y durante esta época se instalan en la ciudad lo cierto es que los aficionados a los belenes deberían tener una parada obligada en el convento de La Santa. Concretamente en el claustro, donde desde hace siete años el carmelita descalzo Vicente Redondo monta un belén de gran tamaño que, como singularidad, recrea los misterios de la infancia de Jesús. 

Una santa andariega da la bienvenida al visitante a este belén instalado en lo que en su día fue la casa de los padres de Santa Teresa. Un belén que el hermano Vicente empieza a montar desde mediados de octubre y al que no le falta detalle. Las figuras, obra del belenista murciano Juan Antonio Griñán, al que el pasado mes de julio el rey Felipe VI entregó un premio por su trabajo, llaman la atención en un belén que repasa la infancia de Jesús, desde el anuncio del ángel a la Virgen María y hasta esa escena de Jesús entre los sacerdotes pasando, claro está, por el nacimiento en Belén. 

Y es que, explica el hermano Vicente, el más veterano de La Santa, convento al que llegó hace ya cuatro décadas, el suyo «es un belén espiritual» basado en los Evangelios y en los misterios de la infancia de Jesús. De hecho, él mismo acompaña a los visitantes durante un recorrido en el que explica cada escena de un nacimiento que también se acompaña de textos bíblicos. 

El belén de La Santa, protagonizado por más de 200 figuras, está de hecho lleno de elementos simbólicos y alusivos a la vida de Jesús y a lo que de su infancia cuentan las Sagradas Escrituras. Así, en el recorrido son varias las estrellas de David que se pueden ver, en referencia a ese origen judío tanto de Jesús como de María y José. Además, el hermano Vicente ha pretendido ser fiel a la realidad y aunque es cierto que en su belén no faltan escenas tradicionales como las de los pastores en este nacimiento no hay ni rastro del río y de las lavanderas. «En Belén no hay río», dice este carmelita descalzo para justificar la ausencia de agua en un nacimiento en el que también ha  tirado de la ayuda de las carmelitas de La Encarnación, que entre otras muchas cosas se han encargado de hacer el castillo de Herodes que a propósito recuerda a la Muralla de Ávila, y también de sus hermanas del convento de San José, encargadas, entre otros detalles, del candelabro de madera del templo en el que Jesús debatió con los teólogos.

El belén de La Santa se puede visitar a diario en grupo y después de las misas, que de lunes a sábado son a las 9, 13 y 20 horas, y los domingos, a las 9; 11,30; 12,30; 19,30 y 20,30 horas, para que el hermano Vicente pueda acompañar con sus explicaciones la visita.