Una epidemia de soledad

Europa Press
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Tom Hanks se convierte en 'El peor vecino del mundo' en una cinta que refleja la triste realidad de muchas personas que viven aisladas

El reconocido actor ha protagonizado más de medio centenar de películas. - Foto: LaPresse

El actor Tom Hanks, quien protagoniza la cinta de El peor vecino del mundo, estrenada la semana pasada, cree que en Estados Unidos hay «una epidemia de soledad», especialmente entre hombres mayores, y alerta de una «falta de estructura social».

«Independientemente del covid, en mi país se está dando esta soledad con personas que pierden a sus parejas y se sienten solos, dejando de formar parte de una comunidad. Es algo terrible», señala en una entrevista en la que recuerda cómo este tipo de cintas, rodadas con protocolos debido a la pandemia, «funcionan años después» para abordar las consecuencias de la crisis sanitaria. «Al final, queda reflejada una época de soledad, donde a la gente le preocupan los extraños y no quieren acercarse mucho», lamenta.

El actor que dio vida a Forrest Gump asegura no estar preocupado por envejecer, puesto que es algo que no se puede controlar. «Ya te puedes ir acostumbrando a esa idea, porque va a llegar», bromea Hanks, quien considera que «lo único que se puede hacer es cuidarse y estar conectado al mundo».

«Cuando uno se hace mayor, se levanta por la mañana y se pregunta qué va a hacer con su vida. Yo me pregunto ¿qué voy a construir? Y no me refiero a construir con herramientas, sino como parte de una vida mayor: eso es el espíritu de la vida», detalla el intérprete americano.

Hanks se mete en la piel de Otto Anderson, un viudo que acaba de jubilarse y cree que no tiene sentido seguir con su vida. Dirigida por Marc Foster (Guerra Mundial Z), la nueva cinta es una adaptación de la novela homónima de Fredrik Backman, que también cuenta con una versión sueca.

El actor reconoce sentirse identificado con algunas de las características de su personaje: «Me gusta la defensa intensa de las normas, yo sigo las normas y, en ese sentido, sí que se podría decir que soy un gruñón». «¿Por qué la gente no aparca bien? ¿Por qué no aparta la basura y es tan vaga con eso? No lo entiendo, no es que me enfurezca, pero sí creo que si todos hacemos los esfuerzos por hacer lo correcto, la cosa funcionaría un poco mejor», destaca.

Con más de medio centenar de películas a sus espaldas, confiesa desconocer aún qué le hace elegir unos papeles u otros. «Lo único que sé es que hay algo que no ha cambiado para mí, que es el grado de emoción y peligro de conseguir lo que quiero», indica, para añadir:«Empiezo con algo tan básico de aprender como el diálogo y, una vez te sabes el guion, me pregunto cuál es el viaje. Siempre empiezas de cero, con la sensación de que puede ser electrizante y aterrador».

Hanks recuerda cómo en su paso por la universidad desconocía que «se podía vivir de actor» y nunca soñó con estar en ese mundillo: «Pensé que eso era solo para estrellas del cine, pero empecé a ir al teatro y me di cuenta de que quería formar parte de esto; ser otra persona y poder decir un diálogo concreto de una historia fantástica».