El chico del Zona Norte que besó la UEFA Europa League

A.S.G.
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El fútbol abulense se rinde a Rubén Peña, campeón de la UEFA Europa League pero que comenzó su carrera en el Manuel Sánchez Granado y demostró que podía ser mucho más en el Adolfo Suárez

El chico del Zona Norte que besó la UEFA Europa League

Ávila se tiño de amarillo por una noche. Una más, porque desde que RubénPeña llegara a las filas del Villarreal, el ‘submarino amarillo’ se ha convertido en punto de interés del aficionado abulense, este año necesitado de alegrías. Se la ha dado Peña, aquel chico del Zona Norte que en la noche de Gdansk besó la UEFAEuropa League con la bandera de la ciudad atada a su cintura. Pocos momentos hay así en la vida y en el suyo quiso poner a la ciudad que «tanto amo» en lo más alto.  

Lo ha conseguido. Hace tiempo que ya lo consiguió aquel chaval que volvía locos a todos –en todos los sentidos de la palabra– en el Manuel Sánchez Granado a las órdenes de Juan y junto a sus ‘amigos’ en el Zona Norte. Siempre lo ha dicho. «Aquel jugador alocado» nunca pensó entonces que llegaría Primera División y sin embargo  ya acumula más de 100 partidos en una categoría donde el fútbol abulense ha sabido ‘apadrinar’ ídolos.

Llegar hasta donde ha llegado «no ha sido sencillo» decía el abulense cuando en 2019 se convertía, ya en las filas del Villarreal, en centenario en Primera. Ha tenido que picar piedra. Peña era una de las referencias del Zona Norte Juvenil pero no le fueron bien las cosas en el Rayo Vallecano.  Aunque el salto no salió como esperaba supo rehacerse. No hubo problema. Recondujo su carrera en el Real Ávila de la mano de José Manuel Manzano y Pepe García. Le recuperaron como futbolista y con José Luis Diezma rompió moldes. De delantero a extremo izquierdo, su gran temporada 2011-12 (la de los playoffs en Barakaldo) le valieron la llamada del Real Valladolid B (2012-13). Aunque en el filial, Djukic le dio la oportunidad de debutar en Primera. Sus primeros cuatro partido en la máxima categoría. Sin embargo arriesgó. En la 2013-14 apostó por el Guijuelo, en Segunda B. Comenzó su transformación a lateral. Y del equipo salmantino, que el próximo año cruzará sus caminos en Tercera –donde no jugaba hace dos décadas– con el Real Ávila, al Leganés (2014-15).  Logró el ascenso (2015-16) a Primera con los pepineros en un gran final de temporada. «Cuando todos esperaban que me quedara en Leganés, me fui al Eibar» decía entonces. Nuevo cambio de rumbo.De Butarque a Ipurua (2016-17), donde completaría tres grandes temporadas. Y de ahí ahí al Villarreal. Lateral derecho de ‘profesión’, llegó al Madrigal (2019-20) en busca de dar un paso más. Ya lleva dos temporadas. Y tiene cuerda para más.