La obra 'El sistema Hanasaki', de Marcos Cartagena, sirvió de inspiración al colegio público San Esteban, que la transformó en 'Al compás del Ikigai', una iniciativa que significó la inmersión de toda la comunidad educativa en la cultura japonesa y que les llevó a ganar el primer premio a las buenas prácticas educativas concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, dentro de la modalidad de mejora del éxito educativo. La cercanía de esa inspiración se produjo este miércoles con la presencia del propio Cartagena que dio a conocer el contenido de su trabajo ante la comunidad educativa que se congregó en al auditorio de San Francisco.
Explicaba el autor que en el libro trató de reunir los aprendizajes más valiosos que se pueden extraer de la cultura japonesa, enfocados en como mejorar la calidad de vida de las personas, independientemente del país que seas o la cultura que tengas. Es un sistema que llega con el sobrenombre de los nueve pilares de Japón para una vida centenaria con sentido, en representación de «esas nueve áreas que bien trabajadas pueden aportar ese beneficio en la vida». Son áreas como la paz interior, minimalismo, salud... todo basado en las enseñanzas aprendidas del pueblo de Okinawa, que es uno de los pueblos más longevos de la tierra, indicó.
Sobre el hecho de que el colegio haya realizado un proyecto en torno a la cultura japonesa destacó que para él fue una «sorpresa», pero se refirió a que esos pilares sobre los que él basa su obra pueden llegar a los niños en esencia, porque en general son ideas sencillas, cosas que «por evidentes pasan desapercibidas» y los niños pueden aprender si empiezan a hacerlas desde más pequeños.
La directora del colegio San Esteban, Marisol Martín Baeza, habló de cómo surgió la idea de 'Al compás del Ikigai' en el centro, dentro de la labor que desarrollan siempre con una propuesta que movilice el curso y, pensando en qué hacer, descubrieron el libro de Marcos Cartagena y empezaron a «enamorarse mucho de Japón» y lo que hicieron fue «secuenciar su libro» en un «viaje muy apasionante a Japón totalmente basado en los nueve pilares que él desarrolla en su libro».
En un sentido práctico lo que han hecho los chicos es aquello que se hace en Japón, desde «almorzar debajo de los cerezos o tomar un té a hacer origami, cualquier vivencia que ellos tienen» la realizaron de forma paralela en el colegio. Y la recepción en la comunidad educativa ha sido la mejor, como se ve en la implicación que ha llevado a que la palabra 'Ikigai', como un propósito de vida «que era algo desconocido», ahora forme parte de su vida. Esto es posible gracias a que una vez al mes se trabajaba la efemérides del momento trasladándolo a Japón, consiguiendo traer a este país dentro del colegio y dejando atrás el ritmo tan acelerado de vida que puede haber en la actualidad.