Editorial

Feijóo se quita el traje de partido y va a Europa a defender el interés de España

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Alberto Núñez Feijóo ya ejerce como un líder. No del PP, eso lo viene haciendo desde antes de ser proclamado oficialmente presidente del Partido Popular, sino como un defensor de España y de sus intereses en el concierto internacional. Su encuentro ayer en Bruselas con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, es un claro ejemplo de esa representatividad, pero también del cambio de rumbo que el nuevo jefe de los conservadores españoles ha imprimido a su agenda política.

La excusa, muy a tiempo, fue la cumbre del Partido Popular Europeo, pero lo relevante es el fondo. Al contrario de lo que venía siendo norma con Pablo Casado al frente de un proyecto que nunca terminó de carburar, Núñez Feijóo acudió a Bruselas con espíritu propositivo. Allí, en vez de enfangar la labor del Gobierno de España, que no necesita ayuda para retratarse en el contexto exterior, el presidente popular planteó medidas económicas para controlar la rampante inflación y sus tremendas consecuencias sobre las economías domésticas. El caso más relevante es la petición a Von der Leyen para que la Unión permita a los estados miembro suspender el impuesto a los hidrocarburos cuando se produzcan contextos como el actual, en el que el precio del litro de combustible ya ha rebasado todas sus cotas históricas y amenaza con llegar a límites impensables. El planteamiento llega después de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez anunciara la rebaja del iva de la electricidad hasta el mínimo legalmente posible sin conculcar la normativa europea, medida que rechazó de plano hace apenas dos semanas cuando fue planteada por los populares y que fue tildada por el ala morada del Ejecutivo nacional como una maniobra para que el Estado ingrese menos sin cercenar los beneficios de las eléctricas. 

El planteamiento de Feijóo es de profundo calado porque va mucho más allá del  impacto sobre la ciudadanía. España sigue teniendo una desmesurada dependencia del transporte por carretera gracias a una cuestionable -y reincidente- política de infraestructuras que no ha sabido mantener y potenciar la logística ferroviaria, motivo por el que el alza del combustible impacta de lleno en un sector nuclear para la buena marcha de la economía nacional. La otra propuesta elevada a sus colegas europeos por parte de Feijóo fue presionar al Banco Central Europeo para que no eleve los tipos de interés en España, amenaza que ya es real pero que, de agudizarse, podría tener efectos catastróficos sobre la deuda pública y sobre más de cuatro millones de hipotecas. El cambio es evidente, es productivo y proyecta al nuevo presidente popular como un hombre de estado.