Quién sabe lo que comen los murciélagos?», pregunta la monitora. Y, sorpresa, la primera respuesta saca las risas de todos. «¡Sangre!», se oye una voz al fondo de la sala. «¡Insectos!», afina algo más la respuesta otra vocecilla. Así, entre bromas y ocurrencias discurría la mañana este miércoles en el Centro Medioambiental de San Nicolás que este año sí ha podido celebrar sus talleres educativos para escolares, «uno de los pilares» del centro, en palabras de su responsable, Felipe Nebreda.
Y no sólo es que los haya podido retomar tras los dos inevitables años de parón a causa de la pandemia. Es que, sobre todo, lo ha hecho con fuerzas renovadas y con una increíble respuesta por parte de los colegios abulenses.
Desde que los talleres se retomaran el pasado mes de diciembre y hasta el penúltimo día de este curso, serán 84 los grupos que pasen por las aulas del Centro Medioambiental de San Nicolás. Esto se traduce en más de 2.000 escolares de Educación Primaria que, gracias a esta actividad, se habrán podido acercar de una manera lúdica y divertida al mundo del medio ambiente y su cuidado.
«La verdad es que los números son impresionantes», reflexionaba Nebreda sobre los datos que va a dejar el curso 2021/2022. «La respuesta de los coles es excepcional», abundaba en este sentido.
Porque si ayer eran los alumnos de primero y segundo de Primaria del Colegio Comuneros de Castilla los que disfrutaron de una mañana especial fuera del colegio, eso mismo lo han hecho alumnos de prácticamente todos los centros de Ávila. Algunos, eso sí (como el Claudio Sánchez Albornoz y El Pradillo) optaron porque fueran los monitores de San Nicolás los que se desplazaran a sus aulas para dar el taller. «Lo bueno es que la parte interpretativa pudimos hacerla en San Antonio y La Viña», se refería Nebreda a la parte de la actividad en la que los niños realizan una ruta interpretativa, normalmente en el entorno del Centro Medioambiental.
En estos talleres, los niños abordan temas «muy diversos» y siempre adaptados a la edad de cada grupo. Así, los alumnos de primero aprenden sobre la naturaleza a través de los sentidos y los de segundo, sobre residuos. La biodiversidad centra el taller de los alumnos de tercer curso. La sostenibilidad, el de los de quinto. Y las aves de la ciudad son las protagonistas del taller para los escolares de sexto.
«Los niños se lo pasan bien y ése también es uno de nuestros objetivos», quería dejar claro Nebreda, para el que resulta fundamental que los escolares regresen a casa con la idea de que el Centro Medioambiental de San Nicolás es un sitio divertido.
Sabe que, de esa manera, resulta mucho más sencillo inculcar a los niños fundamentos y conocimientos relativos al cuidado del entorno. El respeto a la fauna y la flora, la importancia del reciclaje, el ahorro de agua y de energía... Son algunos de los temas que allí trabajan.
Por cierto que la concejal de Medio Ambiente del Consistorio abulense, Julia Martín, visitaba también este miércoles el Centro Medioambiental de San Nicolás. «Para el Ayuntamiento es una alegría recuperar la actividad y volver a dar vida al centro», reconocía la concejal, para la que «la educación medioambiental es tan necesaria».