Roberto Serna

El líder que hay en ti

Roberto Serna


A un paso de ganarlo todo

06/04/2022

Las personas siempre están esforzándose por mejorar su situación laboral, económica o sentimental, y suelen olvidar su disposición a leer libros, a pensar eficazmente e incrementar su inteligencia social. Está bien querer mejorar algo, pero hay que prepararse para ello si no queremos convertirlo en una simple ilusión.
Pensar correctamente es fundamental, pero a la vez muy difícil porque nos obliga a usar la razón en cada momento, obviar los sentimientos desmedidos de pánico y descontrol y centrarnos en lo realmente importante. Es difícil tratar de sentirse bien cuando todo apunta a un accidente instantáneo. Es por esto que he decidido escribir al respecto.
Mejorar es llevar algo a la práctica tantas veces que errar se convierta en algo anecdótico, pero la anécdota casi es ver a alguien intentando algo un número suficiente de veces como para lograrlo. Ganar suele no ser lo común y confiamos en que el azar se presente de algún modo. A. Ellis en 1985 señaló que todos los comienzos son duros, que no importa si quieres hacer deporte o aprender a tocar el piano, el esfuerzo de comenzar estará siempre esperándote. Y Hemingway, ganador de un Nobel, es famoso por decir lo malo que es el primer borrador de cualquier cosa que se escriba, que puede tomar varios intentos escribir algo coherente.
Y ahora mientras nos hallamos con un estado de ánimo preocupado por nuestra situación, se nos presentan las opciones de continuar como estamos o trabajar un poco más duro de lo habitual aunque no contemos con la motivación que nos gustaría. Pero es que rara vez o casi nunca contamos con la motivación que se necesita para empezar con entusiasmo cualquier tarea. 
Una de las decisiones más importantes que podamos tomar para asegurarnos el éxito a largo plazo es saber que la rendición estará ahí, tan cerca de las manos que casi podemos respirarla pero aun así no cogerla, ¿y si tiro la toalla y se acaba ya tanto esfuerzo?, ¿qué tal si lo haces y más adelante le cuentas a otras personas lo que no hay que hacer? Los malos ejemplos abundan, están por todas partes y por eso la excelencia en algo rara vez asoma la cabeza, pero si no queremos ser como las avestruces tendremos que hacer caso a Hemingway y acumular un borrador tras otro hasta escribir una obra maestra, hasta asomar la cabeza y no volver a esconderla nunca más.
Basta ya de tanto «esto no es lo mío», basta ya de hacer del mañana un día para encontrar lo que hoy no vemos no por que no exista sino por falta de coraje, se están escapando los días y respirar como unos fracasados duele hasta en las arterias, infecta nuestros días y la expresión «Carpe Diem» no queda tatuada en nuestra piel, sino en el imborrable recuerdo de aquellas épocas en las que sí nos atrevíamos a probar, a reír, a amar.
Para quien se esté preguntando quién es la bella dama que acompaña al título del artículo, su vida apasionante comenzó y acabó haciendo lo que más quería en una época donde ser aviadora era tan común como la pesca del calamar gigante en aguas del cantábrico. Amelia Earhart, o lo que es lo mismo, una pionera dispuesta a recorrer el largo camino que separa la ilusión del convencimiento de que si se quiere se puede, puede darte las claves de cómo rendirse nunca es una opción.

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