La quema de la Sardina da paso a la Cuaresma

E.C.B
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El Entierro de la Sardina, que partió de la plaza de Las Vacas, y la posterior sardinada en el Mercado Chico pusieron el colofón a las fiestas de Carnaval en la capital

La quema de la Sardina da paso a la Cuaresma - Foto: David Castro

Con el tradicional Entierro de la Sardina en la tarde-noche del Miércoles de Ceniza, se puso el punto y final a unos días de Carnaval marcados por la fiesta y la diversión, dando así paso a la Cuaresma, ese tiempo de preparación para la Pascua.

Ese cierre de los carnavales en Ávila capital tiene nombre propio, el barrio de Las Vacas, desde donde se organiza el cortejo fúnebre que termina en la plaza del Mercado Chico con la quema de la sardina y la posterior sardinada que ofrece el Ayuntamiento a todos los vecinos. Pero ese solo es el colofón de una fiesta que como más se disfruta es desde dentro, acompañando a la comitiva que sobre las 20,00 horas se reunió en la plazuela de las Vacas para iniciar su recorrido por el corazón de la ciudad.

Curas, monjas, plañideras y tétricos personajes volvieron a formar parte de ese singular cortejo que acompañó a esa gran sardina que se desplazó en una carroza hasta el Chico. Con la música como apertura, al salir de la plazuela llegó uno de los momentos más simpáticos y esperados de esta celebración, las letanías a las que siempre se responde con el correspondiente amén y van seguidas de un buen baño de 'agua bendita'. Con ese tono humorístico, pero también crítico, los políticos y las elecciones municipales de mayo se llevaron su ración de comentarios.

La quema de la Sardina da paso a la CuaresmaLa quema de la Sardina da paso a la Cuaresma - Foto: David Castro«Para pedirnos el voto se ponen como una moto y como el perro y el gato se pelean todo el rato», «Sin millones y sin obras, sin fábricas ni carreteras, siempre no dejan las obras y prometen escaleras», «No te faltarán razones. Las mentiras, los insultos, las promesas sin cumplir, hoy me las echo a la espalda y no para de reír», «Que no nos coman el coco, llevan el ascua a su sardina, aseguran y prometen, al pardillo se la meten», «Buen humor, fiesta, alegría en su propio funeral, por eso todos nosotros, que sabemos bien de que va, se han dejado de matracas y se lo pasan genial». Fueron algunas de las letanías que en la voz de Ignatius Episcopus pudieron escuchar las numerosas personas que se sumaron a esta celebración.

Tras esos divertidos versos, partía la comitiva por Dean Castor Robledo en dirección al Mercado Chico, encontrando a su paso a numerosos curiosos que a esas horas paseaban por el centro histórico de la ciudad y que no dudaban en pararse para presenciar tan singular evento. Ya en la plaza, frente al Ayuntamiento, se procedía a la quema de la sardina, tras la cual hubo invitación a sardinas asadas y buena música con una discoteca móvil como colofón a estas fiestas de Carnaval.

Esta tradición, con la que se pone fin cada año a los días de Carnaval, se repitió en muchos municipios de la provincia, con ejemplos como Arévalo o El Barco de Ávila, donde la participación fue muy significativa, especialmente de los niños y jóvenes, y donde, como en la Villa del Tormes, se comieron los tradicionales 'huesillos'. Hubo quema de la Sardina y sardinadas para despedir estos festejos de invierno que todavía tienen una cita muy importante pendiente a nivel provincial, la del domingo en Cebreros, donde las mejores carrozas y comparsas de la provincia volverá a desfilar en el marco de una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional.