Elia Arranz, elegida en El Tiemblo Mejor Sumiller de la región

M.M.G.
-

La vallisoletana gana el XXIV Campeonato Regional de Sumilleres de Castilla y León, en el que también se eligió a Juan Zamorano como 'mejor nariz' de Ávila

Elia Arranz, elegida en El Tiemblo Mejor Sumiller de la región

La sumiller vallisoletana Elia Arranz se convirtió este martes en la mejor sumiller de la región tras alzarse con el primer premio del XXIV Campeonato Regional de Sumilleres de Castilla y León, celebrado en El Tiemblo.

La joven sumiller se hizo con el primer premio tras una reñida final en la que también tomaron parte Antonio Fernández Herrería, de Burgos, y Adrián Navarro Herrero, de Valladolid, segundo y tercer clasificado respectivamente.

Ahora, Elia Arranz será la encargada de representar a Castilla y León en la final por regiones que tendrá lugar los días 19 y 20 de abril en el Salón Gourmet de Madrid, donde Ávila estará representada por Juan Zamorano, clasificado como mejor sumiller de la provincia en el XXIV Campeonato Regional de Sumilleres.

A la final del certamen acudían este martes el presidente de la Diputación Provincial, Carlos García, así como Aurelio González, presidente de la Asociación de Sumilleres de Ávila, que si bien mostraba su satisfacción por el éxito del certamen organizado en El Tiemblo, lamentaba el no haber podido contar en la final con alguno de los tres representante de Ávila que tomaron parte: Marius Constantini, Roberto Galán y Juan Zamorano.«Los tres tenían que haber pasado, están muy formados», defendía González a sus colegas abulenses antes de destacar la elevada cualificación de todos los participantes.

«Cada vez hay más nivel», reflexionaba el presidente de los sumilleres abulenses, súper satisfecho por cómo se había desarrollado un certamen que, por tercera vez, se celebraba en la provincia de Ávila. «Y ésta es la mejor», aplaudía la organización de una cita para cuya organización, subrayaba, la Diputación Provincial jugó un papel fundamental.

«Es un privilegio que se pueda celebrar el XXIV Campeonatode Sumilleres de Castilla y León en El Tiemblo», decía por alusiones el presidente de la institución provincial, para el que actos como el vivido estos días en El Tiemblo reflejan «el compromiso de la Diputación en la difusión y promoción de la calidad de los vinos de nuestra provincia, y de manera especial de esta DOP», se refería a los vinos de Cebreros.

García, que presumía de la «fortaleza» de la agroalimentación de Ávila («la agroalimentación tiene que ser un motor de desarrollo económico y social», argumentaba), hablaba también de lo importante que es que ese apoyo institucional esté respaldado por los establecimientos abulenses, en los que siempre debería haber referencias de productos de la tierra. «Nosotros tenemos que ser los primeros en ofrecer los productos a todas aquellas personas que nos vengan a visitar de turismo», reflexionaba García que, por cierto, fue nombrado Sumiller de Honor. «No puede haber ningún restaurante en la provincia de Ávila que no tenga los vinos de la DOP Cebreros, pero también los de Madrigal o los del Tiétar, de excelente calidad también», proseguía, y concluía argumentando que «de poco sirve que la Asociación de Sumilleres y la Diputación Provincial pongan recursos si los comercios o establecimientos hosteleros que pueden ofertar esos productos no lo hacen.Es un trabajo de todos».

LAS PRUEBAS

Para ser elegida Mejor Sumiller de Castilla y León, Elia Arranz (como también sus compañeros) tuvo que superar las distintas pruebas en las que se estructuraba la final. Y hacerlo, además, en menos de 45 minutos: poco tiempo según los expertos para resolver cada una de las cuestiones. Así, el 'examen' comenzaba con la cata ciega de cinco productos (vinos, licores, saques...) y proseguía con una  'Carta incorrecta', en la que los expertos debían encontrar los errores, así como con un menú que los sumilleres debían maridar con los mejores vinos para cada plato, desde boletus edulis de Soria a botillo del Bierzo, pasando, cómo no, por unas judías de El Barco. La final incluía también una prueba de decantación y una 'prueba sorpresa' como, por ejemplo, una cata a ciegas de distintos aceites de oliva.