Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


Esta Semana Santa

11/04/2022

Con toda seguridad que esta Semana Santa de 2022 va a tener un carácter especial. Sin duda, y en primer lugar, por lo que significará de recuperación de una tradición tristemente interrumpida por la pandemia; para tanta gente involucrada en los acontecimientos y celebraciones de estos días, que añoraba el trajín procesional tras dos años de quietud; para tanta gente que admira sincera y respetuosamente lo que, siendo una manifestación religiosa de ritos y creencias, tiene un fuerte componente cultural, artístico y estético, que ha adquirido arraigo creciente; para tanta gente, en fin, que asocia estas festividades al descanso, al viaje turístico, al retorno a la nostalgia familiar del lugar de origen. Así será, y a poco que acompañe el tiempo, esta vez se notará en el ánimo y en el ambiente.
Habrá también una dosis importante de recuerdo emocionado; quien más, quien menos, echará de menos a alguien que se quedó por el camino, arrastrado por la pandemia, o por otra causa. Ocurrirá con más intensidad en esos colectivos humanos que en tantos de nuestros pueblos comparten los afanes de estos días; porque ahí cada uno identifica con nitidez donde está el hueco, el lugar vacío donde antes había un rostro expectante, cansado, amigable, fuera en el transcurso de una procesión, fuera con motivo de cualquier otra actividad en común.
Y habrá, cómo no esta vez, una reflexión dolida. Si la Semana Santa tiene en su origen y en su esencia un aspecto de evocación del sufrimiento, aunque luego quede compensado por la gloria final para quienes perciben la perspectiva de la trascendencia, será inevitable eludir el contexto presente. Cada día observamos en tiempo real imágenes tremendas, como las que llegan de los lugares arrasados en Ucrania, con testimonios escalofriantes de la masacre de seres humanos; y recibimos noticias de que, por aquí cerca, otra mujer, otro hijo, otra muchacha, fueron objeto de esa violencia, machista, vicaria, o de otra clase, horriblemente ejercida por un compañero, un padre o un vecino. Ya sé que no todo cabe en el mismo saco, ni es razonable mezclar sin matices. Pero no estará de más que quede un espacio para la reflexión colectiva sobre el valor de la vida y de la compasión en este entorno de sentimientos con que la historia fue configurando el significado de las tradiciones de estos días.