Cuando estamos en otoño
y nos llegan ya los fríos
reanudo aquí mi cita
con mis lectores queridos,
—que son, según yo calculo,
no más de cuarenta y cinco—,
y les cuento lo más gordo
de todo lo que ha ocurrido.

En la isla de La Palma,
después del enjambre 
sísmico,
empezó a rugir la fiera
con estruendosos rugidos.
La menistra doña Reyes
nos soltó con regocijo:
—¡Albricias, que es el volcán
un atractivo turístico!
Yo espero que al fin se cierre
ese espantoso orificio
y con todos los palmeros
aquí me solidarizo:
¡Ya está bien de escupir fuego!
¡Maleducado! ¡Atrevido!

Mientras tanto, en esta 
Hispania,
nuestros sesudos políticos
imitando al Cumbre Vieja
erupcionan con gran ruido,
echan lava por la boca
cada vez que abren el pico,
nos hacen temblar a todos
con su afán impositivo 
y cada vez que se mueven
a todos nos hacen cisco.
¡Eso sí que es un volcán
que causa gran estropicio!
Como muestra, cuatro 
ejemplos
de todo lo que les digo:

 Reuniose don Pere Sánchez,
—Don Pere el 
Presidentísimo—
con el Pedro Aragonés,
que, a pesar del apellido,
no es aragonés ni maño,
que en Catalonia es nacido
y dice su DEENEÍ
que es él muy catalanísimo.
¿Parlarían en la tal mesa
los dos famosos Pericos
en cerrado catalán
o en castellano corrido?
En catalán, o en el nuestro,
hubo diálogos a gritos:
—Yo quiero L´Independencia.
—Y yo tu voto, y yo sigo…
El uno exige: —¡La cojo!
El otro: —Pues te la quito.
—¡Quiero hacer un 
referéndum!
—Pues yo no te lo permito…
Y, dando un golpe en la mesa,
se largaron como un tiro,
posponiendo los acuerdos
para finales de siglo.
¡Que esto no tiene remedio!
¡Cullons, l´independentismo!

Don Charlitos Pisdelmonte,
President en el exilio,
en la isla de Cerdeña
una tarde es detenido.
Mas lo sueltan al instante,
y lo vuelven a su sitio:
a su chabola de Bélgica
donde vive, el pobrecillo,
en una choza sin techo
sin chimenea y sin servicio,
que pagamos entre todos
sus amigos y vecinos
de esta su querida España
que lo tiene seducido.

En los asuntos eléctricos,
se baten récords olímpicos:
sigue subiendo la luz,
y causa un cortocircuito
que nos achicharra a todos
y que deja consumidos,
chamuscados y abrasados
nuestros ya pobres bolsillos.
¿Culpable doña Montero
o doña Nada Calviño?
¿O Irene, o Yoli Díaz,
o el Rufián, el comunisto?
¿O es culpa de doña Europa,
o del Franco redivivo,
reencarnado en PePe o Vox,
para darnos más suplicio?
¿O de los muy enchufados
que asesoran a ministros?
¡Claro, con tantos enchufes,
normal que suba el recibo!

En temas de Ambiente Medio
doña Ministra ha salido
con el tema de los lobos,
prohibiendo tirar tiros;
tirando por la Ribera,
Doña Tere nos ha dicho
que, aunque coma las ovejas
y zampe algún corderillo,
debemos mimarlo mucho
y darle mucho cariño…
¿Será que son unos lobos
aquestos nuestros políticos?
Pero este es tema y asunto
que se merece otro escrito
que en este aquí ya no cabe
porque no me queda sitio…
Que tengan feliz otoño
y hasta la próxima, amigos.