Castilla y León es la comunidad autónoma española con mayor producción de pellet de madera, con más de 223.000 toneladas a lo largo del año 2019. Pese al liderazgo de la región en este ámbito y de las buenas condiciones naturales que a priori tiene Ávila, nuestra provincia no parece estar aprovechando esa potencialidad. Según los datos que maneja la Asociación Española de Valorización Energética de Biomasa, la producción abulense de pellet se limitó a mil toneladas en 2019, cantidad situada a años luz de las 99.000 toneladas producidas en la provincia de Burgos, que encabeza el ranking regional, pero también muy lejos de las 10.691 toneladas de Valladolid pese a ser la provincia que, exceptuando Ávila, menos cantidad de pellet produce.
Bien es cierto que hay dos provincias -Palencia y Zamora- en las que la producción de pellet es nula porque allí no hay fábricas que conviertan la madera en ‘pellet’, un pequeño conglomerado de entre dos y tres centímetros, a base de serrín prensado que se ha convertido en la alternativa más ecológica a la hora de generar energía térmica a través de pequeñas estufas cada vez más demandadas para calentar establecimientos de hostelería y de turismo rural, pero también viviendas particulares.
De las trece fábricas de pellet que existen en Castilla y León, sólo una se encuentra en la provincia de Ávila: Biocompass, la división de sistemas de calor de Madeluis, empresa de larga trayectoria en el ámbito de la madera situada en Crespos que empezó su andadura en 1959 pero que ha sabido adaptarse a las nuevas demandas y también ofrece soluciones energéticas eficientes y respetuosas con el medio ambiente como el pellet.
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