Este martes se celebra la festividad de la Exaltación de la Cruz, día señalado para el Real e Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz, que precisamente hoy concluye el solemne triduo con el que ha conmemorado un culto instaurado desde los orígenes de la cofradía en 1540 para conmemorar que, en el siglo IV, la emperatriz Santa Elena localizó el madero donde murió Cristo. Será a las siete y media de esta tarde cuando tendrá lugar el acto central en la Basílica de San Vicente: la ofrenda ante la imagen del crucifijo, aunque adaptada a la normativa anticovid, de ahí que no será floral, sino económica y con destino a Cáritas, pudiendo depositarse en una arqueta que los fieles encontrarán en el templo, en el que se celebrará la eucaristía de Exaltación de la Santa Cruz.
Allí mismo tuvo lugar este lunes el acto de entrega de las menciones de honor del Patronato de la Santa Vera Cruz, que en esta ocasión han recaído en dos hermanos del mismo a los que reconoce su contribución a la causa de la cofradía. Se trata de Paula Velasco Cornejo y de Jorge Pato García, que minutos antes de la misa celebrada en San Vicente recibieron sendos reconocimientos con honor y gratitud.
Paula Velasco, cuyo vínculo con el Patronato de la Santa Vera Cruz viene de muy atrás y enraíza con el de sus antepasados maternos y paternos, confesaba a esta Redacción sentirse «enormemente halagada» por la distinción y también «abrumada» por ella, sobre todo porque lo que se reconoce son aportaciones que la periodista ha realizado a la cofradía de forma humilde y siempre dentro de su «campo» de trabajo, tales como locuciones y presentaciones, algunas de las cuales ayudaron a «acercar» la procesión de Semana Santa que no podía celebrarse debido a la pandemia «a las casas de la gente a través de un vídeo» del desfile procesional con imágenes de archivo al que ella misma puso la voz. «Yo aporté mi pequeña colaboración, pero el trabajo lo hace la junta directiva de la cofradía», destaca Paula Velasco.
En términos similares acogía Jorge Pato la mención de honor del Patronato de la Santa Vera Cruz, en el que ingresó «después de la adolescencia como hermano de número», de cuya junta directiva acabó siendo secretario «durante algo más de cuatro años» para después volver a ser un cofrade más «pero siempre a disposición para aquello en lo que se me necesite», confesaba a este periódico. En su caso, se reconoce el empeño que puso en que el rey de España acabara siendo Hermano de Honor de la cofradía. «Fue un trabajo largo y arduo, pero finalmente se consiguió y eso es lo importante, lo hice de manera desinteresada y estoy satisfecho por haberlo conseguido», apunta.
Ambos vivieron un momento especial al recoger sus distinciones de honor y ambos esperan con ilusión el día en que puedan volver a desfilar con la capa y el capuchón de la Vera Cruz después de tres años sin procesión porque a los dos de la pandemia se sumó uno anterior en el que no salieron por la lluvia.