Baño de multitudes de Felipe VI en Vigo

Agencias
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El Rey siente el cariño de Galicia en su primer acto oficial después del reencuentro con su padre, mientras el Gobierno endurece el tono hacia Juan Carlos I e insiste en reclamarle explicaciones

El Monarca estuvo casi 10 minutos estrechando las manos de las cientos de personas que le recibieron frente a la Ciudad de la Justicia. - Foto: Lavandeira Jr (EFE)

Casi 10 minutos estrechando manos. Ese fue el gesto que tuvo ayer el Rey para agradecer el cariño con el que fue recibido en Vigo, en su primer acto oficial tras el reencuentro con su padre. Felipe VI fue muy aclamado y Galicia volvió a ser territorio amable para la Corona. Los cientos de personas que se echaron a la calle para testimoniarle su cariño le agasajaron con «vivas» al Rey, a lo que él correspondió con su perenne sonrisa amable.

El Monarca, con una apretada agenda que inició con la inauguración de la Ciudad de la Justicia y concluyó con la apertura de la octava edición de Navalia, la feria internacional de la industria naval, fue flexible con el protocolo. Sonriente, saludó, besó y abrazó a todo aquel que se le acercó entre aplausos y elogios varios como «qué guapo», «qué amable» y «encantador».

Una de las más efusivas fue una mujer que, tras fotografiarse el pasado fin de semana con Juan Carlos I y ahora con su hijo, todo en unos pocos días, dijo sentirse como en Juego de Tronos.

A las tres de la tarde, cuando Felipe VI ya había concluido con todos sus actos, entre los que incluyó una reunión con los familiares de los fallecidos en el naufragio del Villa de Pitanxo, se despidió en el Instituto Ferial de Vigo (Ifevi), donde se celebra Navalia, de los periodistas allí congregados.

Pero la de ayer fue también una jornada de contrastes. Mientras en Vigo el Rey era aplaudido y vitoreado, en Madrid, el Gobierno subía el tono de su discurso crítico hacia el Emérito. 

Así, la ministra de Política Territorial y Portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, insistió en que Don Juan Carlos ha perdido una oportunidad, con su primera visita a España después de dos años, de dar explicaciones de sus «conductas poco ejemplares». No obstante, no explicitó qué explicaciones debería ofrecer ni quiso pronunciarse sobre la posibilidad de que fije de nuevo su residencia en España.

Yno fue la única en poner en la diana al Soberano. El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, lanzó un desafío al PSOE al decirle que en «algún momento» debe empezar a caminar la senda en favor del republicanismo tras la «vergonzosa» vuelta a España del Emérito, «quien se ha reído de los españoles desde su impunidad». En esta línea, cargó contra la inviolabilidad de la Corona, una prerrogativa que, a su juicio, le «protege para delinquir sin reproche penal», y que se traduce en «impunidad».

En todo caso, el Ejecutivo socialista salió al paso de esta reclamación para dejar claro que no contempla la posibilidad de suprimir la inviolabilidad del Rey pese a las peticiones y críticas tanto de los socios del Gobierno de Pedro Sánchez como del bloque de investidura, que han cargado contra los socialistas por amparar la corrupción que atribuyen al Emérito.