Gonzalo M. González de Vega y Pomar

En mi azotea

Gonzalo M. González de Vega y Pomar


¡Sabed que os necesitamos!

01/10/2020

Miles de mujeres y hombres policías locales, nacionales y guardias civiles deberían celebrar a sus patronos en estas fechas. Anteayer los policías locales a San Rafael, mañana los policías nacionales al Ángel Custodio y el próximo día 12 los guardias civiles a la Virgen del Pilar. Pero este año, debido a la pandemia del covid-19 que llevamos sufriendo desde el pasado mes de marzo y continua golpeando por todo el mundo, esos festejos han quedado suspendidos o  reducidos a un oficio religioso, al que sólo pudo asistir una muy pequeña representación debido a las medidas sanitarias.
  Miles de mujeres y hombres policías nacionales, locales y guardias civiles con un ADN especial en el que destacan servicio, dignidad, entrega, lealtad, profesionalidad y humanidad. Continuamente están a pie de calle en ciudades y pueblos velando para que la vida de todos los ciudadanos transcurra con la máxima seguridad y tranquilidad. Con uniformes azules y verdes, a veces de paisano y fuera de servicio, evitan hurtos, disuelven peleas, denuncian a quien infringe la Ley, responden a las dudas de las personas, incautan droga deteniendo a quienes la tienen escondida, auxilian a personas accidentadas  que se encuentran en peligro. Una llamada de socorro hace que acudan rápidamente policías o guardias civiles con el único fin de tender su mano amiga a quien se halla en circunstancias embarazosas logrando aliviar el sufrimiento de muchas personas y salvando de morir a otras, aunque a veces haya sido con riesgo de su integridad física e incluso perdiendo la vida. 
Miles de hombres y mujeres de Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local que llevan meses colaborando fuerte y duro, cerca del personal sanitario, Protección Civil, Fuerzas Armadas y otros colectivos para hacer frente al Coronavirus. A pie o en coche recorren todos los rincones de nuestro país para atender a los ciudadanos, vigilar que se respetan las medidas dadas por las autoridades y, aunque les guste poco, redactar propuestas de sanción a aquellas personas irresponsables que hacen caso omiso a las ordenes existentes con el consiguiente peligro para ellos mismos y para cuantos están cerca. También se están volcando con aquellas personas mayores, que viven solas y tienen dificultades de movilidad. Se preocupan de llevarles la compra y medicinas necesarias a la vez que dedican varios minutos a charlar con ellos para distraerles y así se les haga mas ameno el tiempo.
Miles de mujeres y hombres  policías nacionales, locales y guardias civiles, que sí han sido y continúan siendo necesarios para frenar la pandemia –por la que varios han fallecido– a pesar de las para mi desafortunadas declaraciones del líder de Unidas Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, quien aseguró que «los únicos trabajadores públicos esenciales para combatir la pandemia son médicos, enfermeros y profesores» menospreciando la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Policías y guardias civiles que han facilitado la llegada de ambulancias con personas gravemente enfermas a los hospitales, velan por la seguridad de los ciudadanos y el cumplimiento de las normas, han custodiado tanatorios, cementerios y otros puntos necesarios. 
Miles de mujeres y hombres que aman lo que hacen porque, a pesar de los retos, dificultades y sacrificios, tienen la gran suerte de ser policías y guardias civiles, lo que les sirve para superar cualquier adversidad, afrontar las situaciones con la única condición del cumplimiento del deber y formar parte de las instituciones mas y mejor reconocidas por los españoles.
A estos miles de hombres y mujeres  policías nacionales, locales y guardias civiles, que siempre están ahí, como a los que se preparan en las diferentes escuelas para engrosar los tres cuerpos felicitaciones desde esta azotea en la festividad de sus Patronos, junto a nuestra admiración, gratitud y reconocimiento. 
¡Sabed que os necesitamos!