Siete palabras para mover el corazón y volver a vivir la fe

M.E
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El prior de la Santa, David Jiménez, pronunció el Sermón de las Siete Palabras llamando a contemplar a Cristo como lo hizo Santa Teresa y destacando el anhelo de que la Semana Santa sea «de auténtico interés espiritual y renovador»

Siete palabras para mover el corazón y volver a vivir la fe - Foto: David Castro

El prior de la Santa, el padre David Jiménez Herrero, puso a decenas de fieles «delante del momento culminante de nuestra historia de la salvación, que es la muerte de Cristo, y con sus últimas siete palabras movernos en el corazón a recuperar no solo una Semana Santa exterior, que es muy hermosa y nos ayuda, sino a interiorizar y a unir nuestra fe a lo que está pasando Jesús». Este fue, a grandes rasgos, el mensaje del Sermón de las Siete Palabras, pronunciado en el mediodía del Viernes Santo en una iglesia de San Ignacio de Loyola que volvió a quedarse pequeña para escuchar el testamento de vida de Cristo desde la cruz. No faltaron a la cita el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, así como autoridades políticas, militares, académicas y policiales de la ciudad y la provincia.

En el Sermón de las Siete Palabras, organizado por la Junta de Semana Santa y que este año prescindió del pregón a caballo, no faltaron el guiño al Año Jubilar Teresiano que se celebra por el IVCentenario de la Canonización de Santa Teresa ni tampoco el recuerdo a las víctimas inocentes de la guerra de Ucrania. David Jiménez se refirió a la visita del superior general de los Carmelitas, Miguel Márquez, al país invadido por Rusia y señaló la «enseñanza» de «no mirar a un Cristo frío y cubierto de polvo», ya que «sus llagas siguen abiertas y su sangre se sigue derramando en tanta gente». También llamó a contemplar a Cristo con la mirada de Santa Teresa, que «siempre dijo que todos los bienes vienen de contemplar a Jesús en su Pasión», de manera que su palabra «también nos reconforta y nos ayuda a vivir este tiempo de Semana Santa», apuntó.

Antes de desgranar una a una las siete últimas palabras de Jesús antes de morir –Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen; hoy mismo estarás conmigo en el paraíso; mujer, he ahí tu hijo; Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado; tengo sed; todo está consumado y padre, en tus manos encomiendo mi espíritu–, el prior de la Santa habló del sermón como «uno de los actos más significativos de la Semana Santa, después del viacrucis penitencial», y destacó la «emoción y la alegría» de haber recobrado una cierta normalidad con «la vuelta de la expresión de nuestra fe en las calles pero también con el profundo anhelo de que la Semana Santa sea de auténtico interés espiritual, renovador y transformador».