La Junta avanza en la declaración como BIC del Matadero

M.M.G.
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Sale a información pública el expediente del edificio, obra del arquitecto Ángel Cossin a finales del siglo XIX, como Bien de Interés Cultural con categoría de monumento

La Junta avanza en la declaración como BIC del Matadero

El edificio del antiguo matadero de Ávila está más cerca de convertirse en un Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento. La Consejería de Cultural y Turismo de la Junta de Castilla y León publicaba miércoles en el Bocyl el nuevo paso avance realizado en ese camino y que pasa por sacar a información pública su expediente, con el fin de que cualquier persona pueda presentar las alegaciones que considere oportunas.

Ese expediente, que se encuentra disponible para su consulta en la plataforma del Gobierno Abierto de la Junta, especifica que el  entorno de protección del antiguo matadero está delimitado por los espacios públicos que rodean la manzana en la que se ubica. Es decir, al norte por el paseo de la Encarnación; al este, por la bajada del Matadero; al sur, por la calle de Zamora; y al oeste, de nuevo por la calle del Matadero

Atendiendo a la ubicación del edificio, se explica en el Bocyl, se delimita un entorno de protección mínimo como el espacio vinculado directamente al monumento que contribuye a la valorización del bien y asegure la protección de los valores que aconsejan su conservación.

historia del matadero. El Bocyl recoge también parte de la historia de este singular edificio. Así, explica que el antiguo Matadero de Ávila, obra de finales del siglo XIX del arquitecto Ángel Cossin y el maestro de obras de la provincia Manuel Grávalos, se encuentra situado extramuros de la ciudad de Ávila, cerca de la Encarnación.

En 1865 tuvo lugar el primer proyecto en un terreno existente junto a la fuente del Pradillo, para así aprovechar las aguas indispensables para la actividad del matadero.

Los planos de Angel Cossin muestran la distribución prevista con el depósito de aguas y pilón, corrales, locales independientes para el sacrificio de ovino, bovino y porcino, almacenes secaderos y dependencias anejas, como era la casa del administrador.

Pero el proyecto no llegó a llevarse a cabo por la mala situación económica de aquellos momentos y la ciudad siguió usando el antiguo matadero de la ciudad, construido junto a la puerta de la muralla de la Mala Ventura, antes conocida como 'Puerta Cerrada del Matadero', hasta que en 1888 se retoma el proyecto, eligiendo en esta ocasión unos terrenos existentes frente al convento de la Encarnación.

Finalmente el matadero fue construido entre 1888 y 1890, al objeto de sustituir el antiguo matadero de la ciudad que ya estaba en condiciones de ruina, siguiendo la estética neomudéjar imperante en el momento.

Se trata de un gran edificio construido en ladrillo y granito, con mampostería en el zócalo y cubierta de teja, de una sola planta, siguiendo las directrices de los grandes mataderos europeos del siglo XIX y comienzos del siglo XX y con varias puertas de acceso. 

Consta de una sala, con cuerpo central saliente, destinado a viviendas en la primera planta y depósito de pieles en el primer piso. Presenta en fachada huecos curvos rematados en medio punto, tres huecos en cada cuerpo y respiraderos superiores de forma romboidal, recordando algunas de las ventanas la tipología característica de las plazas de toros. 

La fachada principal presenta una estética claramente neomudéjar. Una sección transversal nos permite ver como alternan las armaduras típicas de construcciones tradicionales con el hierro y materiales propios de la época de su construcción.

Este matadero abulense tuvo la particularidad de que a partir de 1956, dados los problemas de abastecimiento sufridos por la ciudad de Ávila y los elevados precios alcanzados por la carne que se sacrificaba habitualmente, se comenzó a sacrificar ganado equino por ser este mucho más asequible. Esta carne fue comercializada en dos establecimientos de la ciudad, en la calle Vallespín y junto a la plaza de Santa Ana, manteniendo esta actividad hasta la década de los 70.

Desde su construcción y durante más de cien años, el matadero de Ávila ha mantenido la actividad para el que fue construido y una vez llegó a su fin, el edificio fue destinado a distintos usos, albergando desde 1990 diversas fases de formación práctica de Escuelas Taller, que han contribuido a su rehabilitación parcial.

En la actualidad, tras la rehabilitación del complejo como centro cultural, el matadero de Ávila se ha convertido en centro de creación contemporáneo con espacios administrativos, docentes y culturales, convirtiéndose en referente e hito en la arquitectura industrial de la ciudad de Ávila.