«Día a día, cada uno de nosotros sufre un fin del mundo»

D. Casillas
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El escritor Rodrigo Garrido presentó en Letras su libro 'Cuando los ángeles hagan sonar las trompetas'

«Día a día, cada uno de nosotros sufre un fin del mundo»

Después de publicar cuatro poemarios, Los dormidos, La primera vez que vi un animal muerto, El silencio del hombre sin otro hombre y El amor en la era del big data, el vallisoletano Rodrigo Garrido cambió de registro para su nueva propuesta y se lanzó a la narrativa, concretamente al relato breve, conformando un libro titulado Cuando los ángeles hagan sonar las trompetas en el que toda la trama gira en torno a la llegada del fin del mundo y cómo se enfrentan a ella una serie de personas.

Ya había presentado en Ávila tres de sus cuatro poemarios, y hacer hizo lo propio, en Librería Letras, con esa apuesta por la prosa, un cambio de registro al que se decidió «porque me pareció que había ciertos temas a los que la poesía no alcanzaba y pensé que estos relatos podían transmitir un poco lo que yo quería contar».

Cuando los ángeles hagan sonar las trompetas es una distopía en la que se plantea cómo afrontan el fin del mundo, justo el día antes de que ocurra esa catástrofe planetaria, un puñado de personas muy diferentes. Ese argumento lo desarrolla Rodrigo Garrido a través de catorce relatos, «algunos de ellos relacionados entre sí porque hay personajes de los que nos enteramos de algo sobre él en otros relatos en los que no son protagonistas, porque las tramas están hilvanadas en algunos casos». 

En ese «último día del mundo cada uno de esos personajes reacciona a su fin de una manera diferente, tomando decisiones drásticas con respecto a su pareja o a su dinero en una tesitura en la que descubren cosas de sí mismos que no sabían».

crítica social. Siendo «pura ficción» ese advenimiento del fin del mundo, sí ha querido el autor del libro «meter en  algunos de esos relatos una buena dosis de crítica social, mucha ironía con respecto por ejemplo al desprendimiento de posesiones de gente acaudalada que ve una posibilidad de salvarse, y a la vez también la cara de la avaricia en otros que recogen esas posesiones, pensando sólo en la riqueza a pesar de que llega el fin», denuncia que se conjuga con «otros textos que son más de carácter íntimo, personal, más emocional».

Los lectores, explicó Garrido, «pueden sentirse reconocidos en alguno de esos relatos, algunos de ellos historias incómodas en las que hablo de dobles vidas, de vidas secretas que en el momento límite del fin del mundo llevan a decisiones radicales sobre con quién se decide estar; puede haber ahí reconocimientos, aunque sean temas incómodos que nadie va a reconocer en público, en esas actitudes radicales que salen a luz en ese punto límite que es el fin del mundo».

La idea de escribir estos relatos, explicó su autor, «vino de la mano de lo que nos ocurrió con la pandemia, con la guerra de Ucrania, con el volcán de La Palma..., todo lo cual creó una psicosis que no es nueva, porque a lo largo de la Historia de la humanidad siempre han existido esos miedos de que se acabase el mundo». En el reencuentro con esa temática apocalíptica también puede leerse entre líneas que «día a día cada uno de nosotros sufre un fin del mundo en su toma de decisiones», obligada toma de partido «en un momento límite que tiene mucho de reconocimiento de cómo es uno y que es un poco de lo que va el libro».

Tras contar todas esas peripecias humanas vividas al límite, el libro deja «un final abierto, un poco ambiguo en el sentido de que no aclara si el fin del mundo llega o no, y ahí puede abrirse la reflexión de qué va a pasar el día después de esas decisiones tan drásticas si se descubre que no ocurre lo que se temía, con qué cara se van a enfrentar a la vida después de ese momento que para muchos ya no tiene vuelta atrás».