Editorial

El difícil o imposible arreglo del problema de la despoblación

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El último Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero, hecho público recientemente por el Instituto Nacional de Estadística, cifra en 9.600 los abulenses que residen fuera de las fronteras nacionales a fecha de 1 de enero del presente año. Esta cifra apenas ha sufrido variación en el último año, ya que el descenso en comparación con el 2022 es de únicamente 14 personas. La población abulense que está fuera del país se mantiene, pues, en un margen mínimo por debajo de los 10.000 emigrantes, y con prácticamente igualdad entre hombres y mujeres

Más allá de las razones que a cada uno de estos vecinos les hayan movido a salir de España para desarrollar su proyecto vital, hay algunos datos que resultan significativos y también curiosos alrededor de este sector demográfico abulense, que por su número es en este momento el segundo mayor núcleo de población, solo por detrás de la capital de la provincia y por delante de la siguiente localidad más poblada.

Mucho se habla y se escribe sobre el problema de la despoblación y de la España Vaciada que tanto afecta a nuestra provincia y que es uno de los principales problemas que se debe de atajar cuanto antes si se quiere tener un mejor futuro de prosperidad tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista social.

Valga como ejemplo de esa mejoría de futuro que es completamente necesaria para el conjunto de la provincia en general, el hecho de que haya siete localidades de nuestra provincia que actualmente tienen más residentes en el extranjero que en sus propios municipios.

Es cierto que no son poblaciones con un alto número de personas censadas, pero sí son ejemplos paradigmáticos del hecho de que la mayoría de los habitantes de esas localidades no tuvieron o no encontraron la oportunidad de poder quedarse en sus tierras y salieron para buscarse un futuro mejor.

Para esas poblaciones y para la provincia en general el no poder sujetar a sus vecinos y ver cómo se pierde población pero también talento no deja de ser el reconocimiento de que algo no está funcionando de la manera en la que debería hacerlo para que se diera la vuelta a esta situación.

Y hablamos de abulenses residentes en el extranjero, que si estos datos se extrapolaran a las poblaciones nacionales, seguramente nos encontraríamos con que serían más de esas siete localidades las que tienen más abulenses fuera que en sus propios municipios de inscripción.

Atajar esta situación y revertirla es uno de los retos principales que todavía nadie ha encontrado la manera de llevarlo a cabo, y mientras asistimos a un goteo constante de salida de recursos humanos de una provincia que los necesita para sí, y mucho.