El Parque de Educación Vial: 38.500 niños en 20 años

M.M.G.
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Las instalaciones municipales, coordinadas desde hace 20 años por la agente de Policía Municipal Margarita Martín, reciben una media de 2.000 alumnos al año

El Parque de Educación Vial: 38.500 niños en 20 años

Aprender las normas básicas de circulación para, así, poder respetarlas y aplicarlas cuando sean peatones, conductores de bici o patinete, pasajeros de un vehículo y, en un futuro, incluso, los propios conductores. Bajo esta premisa global se ponía en marcha en Ávila en 1967 cerca de la estación de tren el primer parque infantil de tráfico municipal, que con el paso de los años cambió de ubicación a su emplazamiento actual, el parque de San Antonio, y que ha servido desde entonces para formar a los pequeños abulenses en este sentido.

En los últimos 20 años (entre el año 2001 y el 2021, los mismos que lleva al frente de la instalación Margarita Martín, la oficial de Policía Local responsable del Parque Municipal de Educación Vial de Ávila) han sido 38.541 niños los que en algún momento se han acercado al circuito de San Antonio dentro de las actividades organizadas conjuntamente por el Ayuntamiento, la Policía Local y los centros educativos abulenses.

La cifra es alta, sin duda, y supone una media de unos 2.000 escolares al año en el parque, como confirma a Diario de Ávila Martín. 

Sólo los años de la pandemia descendió algo la cantidad de niños en las instalaciones. Pero, ojo, nunca llegó a cero, presume la agente de policía del gran esfuerzo realizado por el equipo del parque para, pese a todo, poder seguir llevando la educación vial a los niños.

Porque una vez superados los meses de encierro domiciliario (únicos en los que no se impartieron allí las lecciones) los responsables del parque 'trasladaron' su actividad, también la del circuito, a los colegios que así lo demandaron, llevando allí, incluso, bicicletas y karts. «El esfuerzo fue muy grande, desde luego, pero lo mejor de ir a esos patios fue ver las caras de ilusión y de alegría de los niños», recuerda ahora Margarita unos meses muy complicados pero en los que no se paró de educar en materia de educación vial.

Y es que, tal y como apunta la agente de Policía Local, trasladar a los niños todo lo relacionado con este campo se hace cada vez más necesario. «El parque nació para formar a los niños desde pequeños en educación vial, porque nos hace mucha falta.Sobre todo en lo relativo al respeto», reflexiona en alta voz Martín.«Si no hay respeto a las normas, la convivencia se hace imposible», prosigue con su argumentación la responsable del Parque de Educación Vial Municipal, que ha podido apreciar a lo largo de los 20 años que lleva al frente del mismo que, con el paso del tiempo, los niños tienen cada vez menos conocimientos.

La falta de interés de los mismos; el hecho de que no pasen tanto tiempo jugando en la calle, como se hacía antes, o la poca preocupación por transmitir estos conocimientos de los padres podrían ser algunos de los ingredientes de ese cóctel cuyos efectos, como decimos, pasan por la pérdida de los conocimientos de educación vial en los chavales que, en cambio, no han dejado de utilizar (aunque en menor medida) bicicletas o patines y que, cada vez más, se decantan por vehículos como el patinete eléctrico. «Esto les interesa mucho», descubre Margarita, que lamenta que, pese a esto, los niños no conocen las normas que rigen su uso. «Hay una desinformación potente en relación al patinete», alerta la veterana agente policial, que aprovecha para recordar que estos vehículos, al igual que las bicicletas, no pueden circular por las aceras.

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