Hace dos años David Mangas y el Óbila Club de Basket, su «casa», tomaban caminos separados. Después de toda una vida como jugador y entrenador en el club verderón llegaba el momento de tomar  la decisión de marcharse. «Aposté por crecer como entrenador. Esta es mi casa pero esto es mi trabajo y aposté por ello». Debía dar un paso más si quería crecer en los banquillos. Primero lo hizo en Navarra (2017-18) donde una rara pretemporada tras ser renovado una vez había finalizado la competición, le llevó a cerrar su etapa en Arrosadía antes de lo previsto.Después llegó Cantabria (2018-19), donde cumplió en su primer año –«El objetivo era afianzar el proyecto, no pasar apuros»– y a partir de ahora afrontará el segundo.Pero desde la distancia David Mangas ha seguido muy de cerca a su Óbila. Así lo reconocía en los micrófonos de La Jornada de La 8 Ávila, donde tenía muy claro que «habrá renuncias y estoy seguro que el club trabajará por volver a la LEBPlata».    
Es una de las cuestiones que rodean al futuro del club abulense –el 24 de junio está prevista una reunión de la Directiva para ratificar el relevo de Raúl Álvarez en la presidencia– desde que finalizó la competición.El descenso puso al equipo de nuevo en EBA diez años después. «Es la categoría que nos corresponde la próxima temporada» siempre se ha dicho desde el club una vez finalizada la competición.Pero nunca se han cerrado las puertas a recuperar la LEBPlata a través de una de las posibles plazas vacantes que  pudieran quedar. Todas las temporadas han quedado y este año no parece que fuera a ser diferente.Los rumores, como todas las temporadas, están ya encima de la mesa, pero quedan por concretarse. Se habla ya de posibles renuncias, pero no hay nada oficial. A partir de ahora, una vez conocidas las Bases de Competición –la Asamblea General de la FEBaprobaba los calendarios 2019-2020 y las bases el pasado fin de semana– quizás empiece a aclararse el panorama. Por si acaso ya hay algunos de los equipos descendidos desde Plata que han expresado públicamente sus intenciones de optar a ellas. Y «ambición» es lo que le pide Mangas a su antiguo club. «El club debe ser ambicioso y poner al Óbila y a la ciudad donde merecen» anima el ex entrenador del Óbila, que pone en valor lo que se ha venido haciendo todos estos años. «Lo normal en Ávila es que tocase sufrir siempre» pero el club repetía una y otra vez en la fase de ascenso a LEBOro gracias a su buen hacer. «Hemos tenido suerte estos años pero esta temporada no se ha acertado» analizaba sobre la configuración del equipo en un curso en el que se apostó nuevamente por Sidao después de un gran primer año. La apuesta no salió y las consecuencias se fueron arrastrando todo el año.
Les ha seguido desde lejos, desde Cantabria, un destino inesperado. Porque la 2018-19 comenzaba para el abulense renovado por el Basket Navarra y preparando su segundo curso en Arrosadía. Sin embargo su cese fulgurante lo cambió todo. «Realmente no se lo que ocurrió para ello». Ni él ni nadie, pero no tardó mucho en encontrar destino. «Tuve la suerte de coger un proyecto interesante en Santander».Un par de llamadas le llevaron hacia un proyecto en construcción. Su primer objetivo era «no pasar apuros».Conseguía el pase al Grupo A1 aunque las lesiones complicaron la segunda fase, finalizando en los últimos puestos y sin opciones de pelear por el playoff. «Ha sido un año de aprendizaje» resume de su primer año en un club «en el que tengo más margen de decisión». Ahora tendrá la oportunidad de «hacer un equipo a mi gusto», aunque sabe que el mercado, este verano, estará un poco más caro.

Más jugadores nacionales y más plazas de playoff

Aún no sabe el Óbila Club de Basket la categoría en la que competirá, pero ya se sabe cómo será la LEBPlata la próxima temporada toda vez que la Asamblea General de la FEBaprobara las Bases de Competición de una categoría que mantiene el número de equipos en 24 en dos conferencias y sus posteriores dos fases, pero que impulsa cambios en cuanto a la lucha por el ascenso y que prioriza al jugador nacional. Se limitan los jugadores extranjeros no comunitarios a un máximo de dos, se bonificará a los equipos que cuenten con 6 jugadores nacionales en plantilla con una reducción de cuota en un 20 por ciento y a partir de las 2019-2020 los equipos estarán obligados a mantener en pista durante todo el partido a al menos un jugador en formación de los que figuren en el acta del encuentro. Son algunas de las principales novedades para una competición que mantiene su ‘polémico’ sistema de competición –a lo largo de toda la 2018-19 las quejas de los equipos han sido continuadas por entenderlo injusto– con una novedad respecto a la pelea por el ascenso a LEBOro. Los integrantes del Grupo A1 lucharán por el ascenso directo que se otorga al campeón mientras que los equipos clasificados entre la segunda y la octava plaza se clasificarán para un playoff al que este año se sumará el líder del Grupo A2. Así, este año la fase de playoffs arrancará desde los cuartos de final, en formato de ida y vuelta. Los ganadores de las semifinales obtendrán plaza para la LEBOro. Será todo ello de cara a una 2019-2020 para la que tienen plaza en LEBPlata el Villarrobledo, Real Murcia Baloncesto, Basket Navarra, Zornotza Saskibaloi Taldea,  Aquimisa Laboratorios Queso Zamorano, Básquet Girona, Juaristi ISB, Igualatorio Cantabria Estela, Isover Basket, Azuqueca, Aceitunas, Fragata Morón, Hestia Menorca, Bodegas Rioja Vega, Torrons Vicens L´Hospitalet, Arcos Albacete Basket, Grupo Eleyco Baskonia como actuales equipos de la categoría, los descendidos desde LEBOro CB Prat, Barça Lassa B y  Sáenz Horeca Araberri, o los ascendidos desde EBA Ilerdauto Nissan Pardinyes Lleida, Bierzo Fitness Dentomedic Ciudad de Ponferrada,  UBU Tizona, Enerdrink UDEA Algeciras, NCS Alcobendas y Movistar Estudiantes.