La máscara vista desde la Prehistoria a nuestros días

M.M.G.
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El Museo de Ávila organiza un taller en el que pequeños y padres pudieron profundizar en el origen de un elemento tan presente hoy en nuestros días

La máscara vista desde la Prehistoria a nuestros días - Foto: Mercedes Martín

Aprovechando los días no lectivos en los colegios de Castilla y León, el Museo de Ávila organizó este martes un taller didáctico de carácter familiar en el que padres e hijos se acercaron a un elemento,que hoy, por desgracia (en su versión de mascarilla), se ha convertido en habitual en nuestros días: la máscara, cuyo origen se remonta miles de años atrás y que ha tenido, y que aún tiene, numerosas y variadas utilidades.

Doce pequeños acompañados de sus padres se unieron pues a un grupo a cuyo frente estaba Charo Santamaría, responsable del Departa mento de Educación y Acción Cultural (DEAC) del museo.De su mano, y gracias a sus explicaciones y a la pequeña visita que realizaron por el museo, los participantes en la actividad viajaron primero a la Prehistoria para llegar a los orígenes de la máscara.

Ya entonces, les explicó Santarmaría, los chamanes cubrían no sólo su cuerpo con pieles de animales, sino que, ya entonces,empezaron a ocultar sus rostros detrás de toscas máscaras.

Las máscaras funerarias egipcias, las empleadas en las representaciones teatrales griegas y romanas o las utilizadas en la Edad Media salieron también a relucir en la primera parte del taller, la dedicada a las explicaciones, en las que también, la responsable del DEAC, hizo referencia a las máscaras que comenzaron a emplearse en Italia para protegerse de la peste (las reconocibles máscaras de narices alargadas) y que se sospecha que podrían haber sido el origen de las empleadas en los orígenes del Carnaval de Venecia.

Y es que en plenos días de carnaval, ayer se habló también, y mucho, de las máscaras de esta fiesta pagana. Sobre todo, de las que se emplean en las mascaradas abulenses, sobre las que se profundizó ayer también en el museo.

«Son tradiciones ancestrales pero que siguen perviviendo», reflexionó en alta voz Charo Santamaría, que buscó también hueco para hablar de otras máscaras quizá más conocidas por los pequeños, como las que se emplean en el deporte (en el caso de la esgrima, mencionó entre sus ejemplos); las de los superhéroes, que esconden su cara para no ser reconocidos cuando no ejercen como tal; o las que utilizan muchos de los personajes de la saga de Star Wars.

Una máscara propia. Y para concluir el taller, los niños, con ayuda de sus padres, confeccionaron su propia máscara.

«Será una máscara estrambótica, grande», la describía la responsable delDEAC  instantes antes de ponerse manos a la obra. «Queremos que representen algo que a ellos les guste, y que lo que elijan, lo represente en su totalidad. Que en la máscara esté el mundo que quieren representar», decía.