Juan Ruiz-Aýucar

Quince barrios

Juan Ruiz-Aýucar


Carnavales de ayer y de hoy

25/02/2022

El pasacalles protagonizado esta misma tarde del viernes por las peñas existentes en los barrios de Ávila, acompañadas a la sazón por la Charanga El Jaleo, será el inicio oficial del programa de Carnaval 2022 organizado por el Ayuntamiento, que durante seis días devolverá a nuestra capital un casi olvidado ambiente alegre y festivo, por motivos de sobra conocidos. 
     La historia de los carnavales en nuestro país estuvo muy condicionada por el régimen franquista de la posguerra, que durante cuatro décadas impidió su celebración con sus desfiles y sus disfraces, al estimar que eran propios de un significado de origen pagano, aunque existen muchas versiones derivadas de distintas culturas, al menos desde los egipcios. Consecuencia de todo ello fue que en Ávila sólo estaban permitidos por el Gobierno Civil algunos bailes, como eran los organizados por el Casino, exclusivamente para socios, y el  popular salón conocido como El Tranca, adosado al Teatro Principal y que luego este último sería adaptado para cine Lagasca al desaparecer el existente del mismo nombre entre el Mercado Grande y la calle Duque de Alba para convertirse en Caja de Ahorros.
     Desde los años 80 fueron aumentando de forma exponencial los establecimientos nocturnos de hostelería repartidos por todos los barrios de la ciudad, hasta superar los setenta, incluidas discotecas y clubes nocturnos. Conformaron en años sucesivos toda una industria de ocio para abulenses y forasteros que participaron de año en año en las fiestas carnavaleras organizadas de puertas adentro de todos ellos durante largas noches. Puede decirse que en aquellos tiempos Ávila vivía la edad de oro de su hostelería cuando llegaba la noche, tanto por el elevado número de locales, que nunca llegaron a ser tantos y tan repartidos. Se demuestra con sólo decir que en la calle Vallespín eran nueve los establecimientos en línea recta a ambos lados de la calzada; seis eran muy populares unidos en la zona de San Antonio y otros tantos en la Cuesta de Julio Jiménez y calle Valladolid; cuatro discobares estaban en la plaza de las Vacas y cinco en la zona de Santo Tomás; siete más se encontraban a su aire por la ciudad, entreverados con ocho discotecas.    
Eran aquellos los primeros años libres progresivamente de censuras oficiales, cuando en Ávila comenzaron los festejos oficiales y oficiosos el sábado de Carnaval, abriendo así la puerta a disfraces y comparsas. Concretamente sería el año 1990 la primera vez que se organizaron concursos de disfraces en locales de distintos puntos de la ciudad, desde el barrio de San Antonio hasta la zona sur, con premios en metálico. Así fueron los casos de la calle Vallespín, donde ya se hizo la prueba para ver el resultado de clientes y orden público. Y no fue mal del todo, pero con muchas precauciones ante algo tan novedoso. En esta nueva oportunidad, se dispusieron a enfrentarse al futuro incierto otros locales de la zona de San Antonio y de la calle Capitán Peñas. Junto a estos discobares, prácticamente todas las discotecas de arriesgaron a organizar fiestas propias de carnaval que, unidas a los actos programados por el Ayuntamiento, fueron la salsa de esos momentos, aunque habría que esperar algunos años para que los abulenses en su conjunto decidieran disfrazarse y hacer uso de máscaras.  
Por lo que se refiere a la provincia, cuando en los años cincuenta se intentaron suprimir los carnavales en toda España, en Cebreros los vecinos se resistieron. Para evitar problemas se vestían de luto, con ropa negra y brazaletes, y se reunían en las casas para bailar y beber vino. Los niños vigilaban y avisaban si aparecía la Guardia Civil, aunque el Gobernador de Ávila tuvo que asumir que la fiesta no se iba a suspender y acabó eliminando las multas. Los festejos cambiaron su nombre a Festivales de Invierno pero se mantuvieron vivos. Gracias al empeño de sus habitantes, no han dejado de celebrarse en los más de doscientos años en los que se remonta la tradición en la villa y hoy en día forman parte de los más populares del país. No en vano son Fiesta de Interés Turístico Regional. Luego vendrían los festejos en otros muchos lugares de la provincia que dan para hablar. de ellos y sus peculiaridades.