Una tradición convertida en fiesta en Martiherrero

D.C
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La localidad celebra este fin de semana la recreación de la matanza del cerdo, a la que invita a todos los abulenses

Una tradición convertida en fiesta en Martiherrero

Fue en el año 2015 cuando, con el objetivo de mantener en las nuevas generaciones el conocimiento a través de su recreación en vivo de una tradición centenaria que había tenido la enorme importancia de ayudar a garantizar el sustento de las familias, el Ayuntamiento de Martiherrero puso en marcha la celebración de unas jornadas dedicadas a revivir la tradicional matanza del cerdo.

Aquella idea, un éxito desde su arranque, se ha mantenido desde entonces, consiguiendo una mayor implicación cada año no sólo de los vecinos de la localidad sino de otros de la capital y de municipios cercanos, creciendo poco a poco pero manteniendo la estructura original de repartir las actividades de la matanza a lo largo de tres jornadas, que más o menos era ese el tiempo que tradicionalmente se dedicaba para transformar al cerdo en un una notable variedad de productos variados y exquisitos (chorizo, morcilla, jamón, tocino, carne en adobo…)

Y toda esa actividad de manufactura alimentaria derivada del cerdo, haciendo bueno el refrán que afirma que «tripa vacía, corazón sin alegría», se lleva a cabo con el acompañamiento de una comida al mismo tiempo tradicional y deliciosa, que también se suma a la recreación de la secular tradición de la matanza.

Las Jornadas de este año se celebran a lo largo del fin de semana que comienza mañana, bajo el lema 'Esencia y tradición', repartida su actividad como es costumbre entre el viernes y el domingo.

Arrancan las jornadas a las ocho de la tarde del viernes 'calentando motores' con el picado de cebolla 'matancera', un ingrediente que se utilizará luego bastante (y no solamente para elaborar las morcillas), para proponer a continuación compartir en buena compañía una cena popular cuyos platos principales serán las tradicionales sopas de ajo y una parrillada, manjares que se ofrecerán a los interesados por un precio de seis euros.

El sábado, a las 11,30 horas, se procederá al sacrificio del cerdo y su posterior churrascado, para después poner a secar en canal, y a las 12,00 comenzará un taller en el que se explicará la elaboración de zambombas a la vieja usanza. 

La comida se repartirá en dos turnos por edades; a las 14,00 horas empezará la de los niños, y media hora más tarde empezará a servirse el gran cocido popular, al precio de siete euros. Una chocolatada a las 19,00 horas pondrá el broche a la jornada, amenizada la música de Turdión. 

domingo. La actividad del domingo 22 comenzará a las 10,30 con el estazado del cerdo para aprovechar cada una de sus partes, acompañada esa actividad con el reparto de pastas y orujo entre los presentes, y también con la venta de productos del cerdo, a partir de las 11,00 horas.

A las 13,30 horas comenzará una demostración de la elaboración de los diferentes productos de la matanza, y a las 14,00 se subastarán lotes y piezas nobles del gorrino. Una comida popular que ofrece la tentación de degustar patatas revolconas y parrillada, al precio de seis euros, será el colofón a un fin de semana en el que, concluye José Luis del Nogal, «se trata de convivir, recordar, mostrar y valorar de dónde venimos y hacerlo con orgullo y alegría a pesar de que aquellos tiempos quedaron en el pasado». 

Quiso además el alcalde «animar a la gente que acuda a esta fiesta porque merece la pena, es una iniciativa diferente que en esencia es un empeño por recuperar una tradición muy antigua que corre el riesgo de perderse. Y lo hacemos siempre con el máximo respeto a esa costumbre que hasta hace unos años fue muy habitual y que es un patrimonio cultural desconocido por los jóvenes».

Aparte del interés que significa la recreación de esa tradición, al público se le ofrece el atractivo añadido de que todos los días se 'tentará' con comidas tradicionales, deliciosas y a precios muy asequibles, que ayudarán a 'meterse' mejor en el ambiente de esta fiesta de la matanza y a conocer de primera mano sus bonanzas gastronómicas.