Los esfuerzos en vigilancia en Gredos reducen el furtivismo

E.Carretero
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La junta consultiva de la Reserva de Caza de Gredos destinará 413.000 euros a mejoras en la zona, buena parte de ellas destinadas a evitar la caza furtiva, que se encuentra en niveles mínimos

Los esfuerzos en vigilancia en Gredos reducen el furtivismo

Durante la próxima temporada de caza mayor, que arrancará el 1 de abril, en la reserva de Gredos se concederán hasta 167 permisos de caza para machos de cabra y 130 hembras de cabra selectivas. Así lo contempla el plan de aprovechamiento cinegético y las mejoras para el periodo 2023-2024 que este viernes pasó por la junta consultiva de la reserva de caza de Gredos, y que para la próxima temporada  amplia en 15 los permisos de caza. El plan también incluye permisos para cazar 6 corzos macho no medallables a cazar a rececho; 10 venados macho no medallables; 120 ciervos macho y 120 ciervas hembra; jabalí y zorro sin cupo. De caza menor, se prevé realizar un máximo de 6 jornadas de caza de conejo, perdiz y codorniz en San Juan de Gredos, Zapardiel de la Ribera, Navalperal de Tormes, Hoyos del Espino y Santiago de Tormes.

En cuanto al plan de mejoras, que cuenta con un presupuesto de 413.219,90 euros, incluye partidas como la apertura de sendas y praderas, la reparación de caminos y refugios, la adquisición y colocación de señales. Sin embargo, como destacó el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Ávila, José Francisco Hernández, la más destacada (228.000 euros) se destinará a la vigilancia y en este caso con el objetivo de actuar contra el furtivismo. 

«Los agentes son claves para combatir el furtivismo, que es una práctica delictiva que además de esquilmar nuestros recursos cinegéticos también hace que esos recursos económicos no se queden en el territorio», lamentó Hernández Herrero al hablar de esos esfuerzos en vigilancia que también generan empleo en la zona donde existen 6 vigilantes (5 en la cara norte y uno en la sur) que durante esta temporada contarán además con aparatos de vigilancia nocturna, 2 vehículos todoterreno y, como novedad principal, un dron de vigilancia equipado con cámaras con óptica en espectro visual e infrarrojos. A estos medios se une la vigilancia financiada directamente por la Administración regional, concretamente 15 celadores y peones que se dedican exclusivamente a  la reserva. 

«Se ha hecho un esfuerzo en la vigilancia porque el furtivismo es una lacra que no conseguimos terminar de radicar, pero sí la mantenemos a raya», señaló en el mismo sentido Manuel Díez, director técnico de la Reserva de Caza de Gredos, que apuntó que actualmente el furtivismo en esta zona está «en niveles bajo mínimos respecto a lo que ha sido en épocas pasadas o en relación con otras zonas cinegéticas del país» teniendo en cuenta que en hace quince años los ejemplares furtivados eran más de 60 cada temporada y que actualmente rondan la decena.

Entre las actuaciones de este plan de mejora, que se realiza gracias a los ingresos procedentes de la enajenación de los lotes de caza, que en la última temporada dejaron una recaudación récord, también se ha propuesto a la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León la apertura de sendas invadidas por el matorral; la reparación de caminos en los términos municipales de Bohoyo, Candeleda, El Arenal, El Hornillo y Cuevas del Valle y del refugio del Castaño (en el proindiviso Arenas de San Pedro-Candeleda).

En Gredos viven unas 10.000 cabras montesas, 7.000 de ellas en la reserva natural. De hecho, apuntó Díez, la población es muy similar a la que había hace casi dos décadas en parte porque el objetivo de la Reserva de Gredos es controlar esa cifra.  «Tratamos que el número de ejemplares no exceda de un número porque eso implicaría problemas de posibles enfermedades como está ocurriendo en la Comunidad de Madrid, donde la ausencia de caza está generando que el exceso de población provoque enfermedades que a la larga van en contra de la propia persistencia de la población», explicó el director técnico de la Reserva de Caza de Gredos antes de señalar que el numero de ejemplares cazables cada temporada no está tanto relacionado con la población total de la zona sino con la edad del animal, de modo que los ejemplares cazables «son aquellos cuya edad sobrepasa de alguna manera su edad vital, cuando están próximos a fallecer si no se les cazara». 

«actividad esencial para la zona». «Para los pueblos de la provincia de Ávila la caza es una actividad esencial, porque no solo hablamos de empleos directos y de esa gente que vigila en la Reserva de Gredos sino también de los empleos indirectos  teniendo en cuenta que la temporada de caza coincide con la época en la que baja el turismo y llega el turista cinegético que es un turismo de muy alto nivel que se hospeda en nuestros hoteles y comen en nuestros restaurantes», destacó por su parte María Ángeles Prieto, presidenta de la Asociación de Propietarios de la Reserva de Caza de Gredos que, aseguró, es un espejo en el que «se miran todas las de Castilla y León y todas las de España y es un ejemplo de como lo público y lo privado pueden conjugarse para tener los mejores resultados, tanto económicos como de persistencia de la especie».