«Estamos viendo la luz al final del túnel». Estas palabras, dichas con toda la precaución del mundo por el alcalde de El Hoyo de Pinares, David Beltrán, daban este sábado una primera idea de las sensaciones que ayer tenían todas las personas encargadas de las labores de control y extinción del fuego que desde hace ocho días asola los términos municipales de Cebreros y El Hoyo y que la Junta mantiene aún en nivel 2 de peligrosidad.

Tras las dramáticas jornadas vividas allí la última semana, la «tranquilidad» fue la tónica dominante la noche del viernes al sábado, cuando, como explicaba a este diario Beltrán, hubo tres pequeños puntos de llama que, afortunadamente, pudieron ser controlados con las bombas y la cuadrilla que hacían guardia.

Como pudieron ser controladas también las «pequeñas reproducciones» que fueron surgiendo sobre el terreno durante toda la jornada y sobre las que hablaba Rodrigo Gandía, jefe del operativo, que en cualquier caso mostraba su confianza a la hora de hacerse con ellas.

Así, y en el parte de la  mañana, se hablaba de tres pequeños conatos de incendio surgidos en la zona del cementerio de El Hoyo de Pinares; en el paraje conocido como 'Olla de los Sebastianes', en el flanco derecho; y en una pequeña reproducción aparecida en una zona sin quemar en la dehesa de esta localidad, al oeste de la zona del pantano del Batán, donde había ganado y personal civil.

Ya por la tarde, el responsable del operativo en la jornada del sábado hablaba de nuevas tareas de control y vigilancia de los conatos que iban surgiendo, sobre todo en los flancos más comprometidos: los de las zonas ubicadas al este y al norte. «Allí estamos efectuando controles, descargas y trabajo de mantenimiento de los camiones, helicópteros y cuadrillas», informaba Gandía, que hablaba de una situación «muy bien controlada» por parte del operativo.

ReconocíaGandía, eso sí, «un pequeño problema» a la hora de comenzar los relevos de cara a la noche del sábado al domingo, al surgir por la tarde un incendio en San Juan de la Nava, a la altura de la carretera hacia Navaluenga, y dos avisos más en Candeleda (en el entorno de Poyales y en dirección al Raso». «Pero se han podido contener y atajar convenientemente», se mostraba aliviado.

Fuegos a los que, por cierto, hubo que sumar otro en Papatrigo, causado por maquinaria agrícola, y el de Navalonguilla, producido por rayos, y en ambos casos, controlados ayer.

los medios.  Regresando al fuego de Cebreros-El Hoyo, durante toda la jornada fueron numerosos los medios que trabajaron para contener el fuego. Hasta 13 medios aéreos, así como (entre otros muchos medios), siete técnicos, diez agentes medioambientales, siete cuadrillas Elif (las especialistas en la lucha contra incendios forestales), cinco bulldozer y once autobombas, lucharon contra esas reproducciones, de las que estuvieron pendientes durante todo el día los alcaldes de Cebreros, Pedro Muñoz, yElHoyo.En este caso, Beltrán reflexionaba sobre cómo es ahora cuando empieza una nueva etapa, durísima también, en la que la evaluación de los daños y los trabajos de recuperación centrarán todos sus esfuerzos.

«Se están volcando todas las administraciones», decía emocionado un alcalde que, ante todo, quiere aprovechar para agradecer el apoyo y las ayudas que ya están recibiendo los afectados por el fuego.

Y mencionaba con especial énfasis tanto a la Junta de Castilla y León, personalizada en el propio presidente, Alfonso Fernández Mañueco, el consejero desde Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural , Jesús Julio Carnero, y el delegado de la Junta en Ávila,José Francisco Hernández Herrero; como a la Diputación Provincial.

Puesta esta redacción en contacto con el delegado provincial de la Junta, José Francisco Hernández Herrero, éste confirmaba también la evolución «tranquila» de la noche, «tanto en la zona del perímetro» como con alguna pequeña reproducción «que se ha sofocado».

«Ahora tenemos dos jornadas absolutamente complicadas», se refería Hernández Herrero a este fin de semana, «sobre todo por las altas temperaturas» y por la posible aparición de rachas de viento. «Por eso estamos con todo el operativo a tope», se despedía.