Ávila vive una segunda jornada bajo la intensa calima

M.M.G.
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Aunque con marcadores algo inferiores a los registrados el martes, la calidad del aire siguió siendo «muy mala» sobre la capital, donde este jueves se esperan lluvias

Ávila vive una segunda jornada bajo la intensa calima

Ávila vivió este martes la segunda jornada bajo la calima procedente del desierto del Sáhara. Calles llenas de arena, coches cubiertos de polvo, visibilidad reducida... El de este miércoles vuelve a ser un día triste y oscuro en la provincia al que le seguirá otro, el del jueves, marcado por las precipitaciones en forma de lluvia de polvo y barro, así como por el comienzo de la retirada de la calima.

Según el Índice Nacional de Calidad del Aire, el aire de Ávila estuvo durante el miércoles en todo momento en niveles considerados como «muy malos», si bien fueron algo inferiores a los del pasado martes.

Así, la cifra más alta se registró a las dos de la madrugada, con 505 partículas de tamaño inferior a 10 micras por metro cúbico, cuando se entiende que la calidad de aire «muy buena» se encuentra entre cero y 20 partículas, y la calidad del aire «muy mala» está entre 101 y 1.200 partículas.

Así pues, es normal que este miércoles Ávila pareciera cubierta por una niebla que no era tal, sino el polvo en suspensión que la borrasca Celia ha traído desde el norte de África. 

Un polvo que seguía depositando constantemente sobre todo tipo de superficies, ensuciando lo que encontraba a su paso. 

Lo cierto es que en algunas zonas parecía como si la playa hubiera 'colonizado' la ciudad, con rincones con varios centímetros de arena acumulados en ellos.

Para evitar que esto fuera a más, operarios municipales trabajaban ya por la mañana (aunque dentro de sus funciones habituales, nos aclaran desde el Ayuntamiento de Ávila) en la limpieza con agua a presión de las calles del centro.Así se les pudo ver, por ejemplo, en la plaza de la Catedral, teñida también de naranja a causa de la calima africana.

los coches, muy afectados. Arena en las aceras y calzadas, sobre el mobiliario urbano pero también, y en grandes cantidades, sobre las carrocerías de los coches y dentro de sus motores.

Porque los vehículos están sufriendo en gran medida la llegada del polvo sahariano. Y por ese motivo, se tiene que prestar especial atención a los mismos para evitar futuras averías.

Guillermo de Andrés, de Talleres Guillermo, aconseja en estos casos no accionar el limpiaparabrisas. «Es difícil no hacerlo, porque es verdad que no se ve bien», asegura. Por ese motivo, recomienda echar agua limpia de una botella o garrafa sobre el parabrisas antes de poner en funcionamiento los limpias.«Porque de lo contrario, podemos romper las escobillas y rallar el cristal», advierte el mecánico, que menciona también otro de los puntos débiles de los automóviles cuando la concentración de partículas en el aire es muy elevada: los filtros, tanto el del aire del motor como el de los pólenes.

«El filtro del aire del motor se queda tupido cuando la cantidad de polvo es tan elevada», explica De Andrés, que avisa que cuando eso ocurre, el coche no realiza la combustión de manera correcta por lo que, entre otras consecuencias, se tiene a consumir más combustible. Y en lo relativo al filtro del polen, cuando éste se atasca a causa del polvo, el aire que debería entrar limpio al interior del vehículo no lo es tanto, por lo que la calidad del mismo se enrarece.

Por todo ello, el experto recomienda sustituir ambos filtros a la mayor brevedad posible. «Es algo que suele hacerse en los mantenimientos anuales», apunta.

Por último, Guillermo de Andrés también se refiere a la importancia de limpiar la carrocería cuando acabe la calima. Pero debe hacerse siempre con agua a presión en primer lugar para después, si se quiere, usar paños o el rodillo.