Protección Civil cambia su rol y aumenta sus actuaciones

B.M
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La crisis sanitaria aleja a la agrupación de las actividades de prevención y la mete de lleno en situaciones de emergencia, algo menos habitual antes

Protección Civil cambia su rol y aumenta sus actuaciones - Foto: Isabel García

La crisis sanitaria del coronavirus lo ha cambiado todo. Y bien que lo han aprendido en Protección Civil de Ávila, que han visto que en los últimos meses han tenido que cambiar su forma de actuar, alejándose de servicios preventivos y acudiendo a más emergencias, además de incrementar su número de servicios. Si esto hubiera que ponerlo en cifras se vería en que el pasado año tuvieron poco más de 200 servicios, de los cuales tres fueron emergencias y el resto preventivos como carreras, conciertos o el Mercado Medieval, y este año ya llevan 279 y de ellos han hecho 80 servicios de emergencias. Y siguen.

Desde la Agrupación de Protección Civil de Ávila, Fernando Nieto explica cómo han vivido y están viviendo esta situación de la que han aprendido la necesidad de formación y de contar con protocolos para adelantarse a las situaciones que se puedan producir y no sean las situaciones las que les obliguen a actualizarse.  

Reconoce que estaban acostumbrados a atender emergencias de forma puntual o actuar en situaciones como la nevada de hace dos años pero no al hecho de estar meses. «Al final somos voluntarios», dice Nieto, y para ellos supuso hacer turnos, algunos presenciales pero también con gente de «retén» en su casa por si hacía falta y sin olvidar lo importante que era la protección, la suya y la de sus familias. No había miedo, pero sí inquietud sobre lo que podía pasar con los contagios en la agrupación. Por ello se organizaron las comidas por turnos o se establecieron equipos cerrados para el uso de vehículos de modo que, si se producían contagios, ellos podían continuar dando servicios.

Y esos servicios han incluido montajes de carpas, revisar tiendas, reparto de material o comida. Y ahora, meses después, «nos está llamando gente otra vez por el tema de comidas, porque están confinados. Todavía no lo hemos llegado a hacer pero sí que nos llaman».

A lo que sí han vuelto ahora es a los servicios preventivos, como por ejemplo con Cir&Co o la Noche del Patrimonio, pero tampoco esto es como antes. Ahora tienen un procedimiento especial, sobre todo por los equipos de protección. Y es que esta pandemia les ha llevado a cambiar los procedimientos de asistencia sanitaria, hacer nueva formación en RCP con las últimas recomendaciones. Ellos sí que están volviendo, dice Nieto, a «una nueva normalidad».

Actualmente son 44 voluntarios dentro de una agrupación que tuvo la suerte de que justo antes de que se decretara el estado de alarma estaban haciendo un curso de ingreso. Era gente joven y tuvieron que «tirar de ellos».

Recuerda Nieto que antes eran 37 y no todos han podido acudir en este tiempo por temas como el trabajo y las incompatibilidades de horarios o por que los propios voluntarios o sus familias fueran personas de riesgo. Esto llevó a que los que han estado trabajando fueran 28 con un perfil muy heterogéneo y siempre con trabajo en equipo.

Y ello ha ayudado a ver que «ha sido espectacular la respuesta que hemos tenido por parte de los voluntarios, que yo todavía no me lo creo. Porque al final con lo que hacemos normalmente, con los servicios, alguna emergencia, no pones en riesgo tu vida pero en esto sí y nadie dijo que no. Todo el mundo ha ayudado, aunque sea desde su casa ha puesto su granito de arena».

En el estado de alarma, fueron activados el domingo 15 de marzo y comenzaron por montar una tienda en el hospital Nuestra Señora de Sonsoles para la zona de triaje. Bien es cierto que una semana antes ellos ya tenían todo preparado. La biblioteca pasó a ser zona de descanso y dormitorio, la sala de estar acogía reuniones, y la de formación, como no se iban a dar cursos, se convirtió en el corazón de la sede.

Y la formación e información fue esencial en temas como el uso de mascarillas, gafas, equipos de protección, los trajes o medidas de higiene, algo que todavía hoy es imprescindible conocer.

Desde un principio se tuvieron que reorganizar por la cantidad de llamadas y gente que necesitaba ayuda. Así, según iba pasando el tiempo se ocupaban de diferentes cosas, como suministro de farmacia, alimentos, móviles «para la gente a la que subían al hospital y no tenía medios de comunicarse». Y descubrieron que «la población de Ávila fue espectacular. Nos llamaban para ofrecernos de todo». 

Según pasaban los meses los servicios fueron cambiando, al principio mucho era relativo a alimentos y farmacia, pero luego se empezó con la entrega de material del Ayuntamiento a residencias o redistribución de lo que llegaba a través de la Junta de Castilla y León, un trabajo que se hizo a través de las diferentes agrupaciones de Protección Civil de la provincia según sus zonas. Después llegó el tema de los colegios, el reparto de libros. Y las empresas, con los equipos de protección.

En definitiva, «fue cambiando el tipo de servicios, con cosas que nunca habíamos hecho. Tuvimos que aprender sobre la marcha», señala Fernando Nieto.

Es por ello que han aprendido  que «en muchas ocasiones no estamos preparados para las emergencias. Necesitamos más material, más medios, más de todo, porque para las emergencias normales sí estamos preparados pero en este caso sí se ven ciertas deficiencias, sobre todo en procedimientos y protocolos. Nos tendríamos que adelantar».

Pero esto no impide ver todo lo positivo que queda en cuanto a aprendizaje del trabajo realizado en los últimos meses. Y el propio representante de Protección Civil lo resume en descubrir «que Ávila es espectacular. Hemos conocido lo mejor de la gente».

Dentro de la propia agrupación son conscientes de que todo es un trabajo en equipo, pero en equipo de todos los servicios de emergencias. «Nunca habíamos estado tan unidos con Bomberos, con Policía Local, la Nacional, emergencias sanitarias, personal del hospital...» También con los propios voluntarios, que  cada mañana «venían como si no hubieran estado el día anterior 14 horas. O a los tres meses de estar aquí, entraban por la puerta y a trabajar, y les daba lo mismo lo que se les pidiera, solo pensaban en ayudar y aportar».