"Recuerdo que avisé del fuego exactamente alas 15,12"

I. Camarero
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Pedro y Maribel vieron las primeras llamas e hicieron la llamada pertinente alertando de la situación, tres días después siguen, pendientes de un incendio que es muy complicado

"Recuerdo que avisé del fuego exactamente alas 15,12" - Foto: Isabel García

Atravesar este lunes el municipio de Cebreros era hacerlo con las sobrecogedoras vistas del paso de las llamas ladera arriba, hacia el puerto de Arrebatacapas. Negro paisaje, con los esqueletos de lo que sólo tres días atrás eran vigorosos ejemplares sobre todo de pinos, aunque también de enebros. La huella del fuego, de lo ya calcinado se percibía desde muchos rincones del pueblo,  en el horizonte, llamas, humo y el sonido constante de los medios aéreos al pasar.

Testigo de todo ello grupos de vecinos resignados ante la dureza de perder sin duda uno de sus bienes más preciados. Nos acercamos a algunos de ellos y paradójicamente en el camino nos encontramos con  la pareja que avisó del inicio del incendio. Viven en la urbanización El Valle y fue a pocos metros de su casa donde la primera llama apareció. Son Pedro y Maribel y en la mañana de ayer tenían claro que no les gustaba la evolución del incendio: «Lo vemos mal», aseguraban. Y lo han visto desde el primer momento. Salió de al lado de sus casas, arrasó en cuestión de muy poco tiempo un prado cercano y subió monte arriba cruzando la carretera. Fue el momento crítico «en cuanto cruzó la carretera aquello se vio que era imparable» relata Pedro, quien reconoce que Protección Civil llegó rápido, pero claro «había más viento que ahora, prendió el prado y después unas olivas que prenden como teas y pasó la carretera, ya la Guardia Civil nos lo dijo: «No os penséis que es tan fácil de apagar».

Por supuesto que llegaron a temer por las viviendas cercanas, sobre todo «por la de mi madre; no tanto por la nuestra que está al otro lado del camino donde empezó el fuego».

Recuerdan claramente la hora a la que dieron el aviso «eran las 15,12», con toda seguridad «porque ayer (por el domingo) lo ratifiqué ante la Guardia Civil, acabábamos de salir de casa de mi madre de comer  –explica Maribel– y bajábamos hacia nuestra casa, y desde el porche de casa se vio el fogonazo, y él salió corriendo a apagarlo mientras yo llamaba a mi cuñada que trabaja en el Ayuntamiento para que llamara a Emergencias porque de tan nerviosa que me puse no encontraba el teléfono». Vio arder el pasto y «en cuestión de cinco minutos se quemó el prado, tras prender allí cogió toda la vaguada, atravesó la carretera y ya está».

Fue una situación «para llorar» y que además se repite porque el año pasado y «al poco de venir de vacaciones, primero se cogió ella un costipado, luego fue el incendio (entonces el de El Burguillo), después se me murió un gato y este año igual, sólo que nos hemos venido 15 días antes». El incendio del año anterior también se veía «pero más lejos», este año lo han visto de cerca, muy cerca de la vivienda; la suerte que el aire lo llevó hacia arriba. «Ayuda a las casas, pero desde luego no al monte» . Damos fe de ello porque la imagen del lugar en el que entrevistamos a esta pareja es desoladora.