La unidad se rompe en Italia

Agencias
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La ultraderecha aprovecha la celebración del Día de la República para manifestarse contra las políticas del Gobierno, pese al llamamiento de "trabajar juntos" para lograr la recuperación

La unidad se rompe en Italia - Foto: FABIO FRUSTACI

A pesar de que la misma víspera, el Gobierno de Italia pidió que la celebración del 74 aniversario de su república se celebrase «con unidad» y, precisamente, ayer, en los actos de conmemoración del referéndum de 1946, la misma solicitud de «unidad» fuera proclamada por el presidente del país, Sergio Mattarella, la ultraderecha, encabezada por la Liga de Matteo Salvini, hizo oídos sordos y mostró su disconformidad con la gestión del Ejecutivo en la actual crisis sanitaria con multitudinarias protestas.

«Este es un momento de compromiso en el que no hay espacio para las polémicas. Todos estamos llamados a trabajar para el país, cumpliendo con nuestro deber, cada uno con el suyo», insistió Mattarella, en una intervención durante su visita a la localidad de Codogno, en la región de Lombardía, donde se detectó el primer caso local de coronavirus.

«Desde Codogno, donde comenzó nuestro camino de sufrimiento, queremos reafirmar los valores de la Constitución, recordando nuevamente a los ciudadanos que han muerto con coronavirus y renovando una gran solidaridad con sus familias», apuntó.

Mattarella recordó, asimismo, que la actual pandemia ha provocado una situación de dificultad «nunca experimentada en la historia de la República» que exige «unidad, responsabilidad y cohesión» a nivel político.

El llamamiento a la unidad también fue enarbolado por el ministro de Asuntos Exteriores, Luigi Di Maio, que aseguró que la política debe evitar que la COVID-19 genere odio y miedo en el país. «Ahora más que nunca se necesita unidad, debemos dejar a un lado las armas de la propaganda política y usar las del sentido común», destacó.

Pero el mensaje  no caló en la ultraderecha, que aprovechó la jornada para protestar en las calles de todo el país contra el Gabinete de Giuseppe Conte, a pesar de que están prohibidas las aglomeraciones para prevenir nuevas infecciones.

En Roma, se dieron cita el líder de la Liga, Matteo Salvini; la de la formación ultranacionalista Hermanos de Italia, Giorgia Meloni; y el vicepresidente de la conservadora Forza Italia, Antonio Tajani, que acudió en nombre de Silvio Berlusconi. Los tres grupos políticos habían pedido en los últimos días celebrar una gran concentración frente a la iglesia de San Giovanni Laterano y también depositar una corona de flores en el Monumento a Víctor Manuel II, pero ambas opciones les fueron denegadas.

Al final, optaron por una especie de flashmob que se tradujo en un paseo por la céntrica calle romana del Corso, con cientos de personas portando una gran bandera de Italia, sin respetar los protocolos de seguridad ni la distancia mínima social.

«No es un día de los partidos, es un día del pueblo, en el que queremos escuchar las propuestas de la gente», afirmó Salvini, quien adelantó que propondrán al Gobierno una serie de medidas para mejorar el país. Meloni cuestionó, por su lado, que el actual Ejecutivo sea capaz de gestionar la crisis económica que sacudirá al país una vez termine la actual crisis sanitaria.

Además de la concentración en Roma, estos tres partidos promovierono otras protestas en un centenar de plazas del país, entre ellas en la del Duomo de Milán, donde mostraron su disconformidad con la gestión del Gabinete y demostraron que esa unidad reclamada no parece existir.