Piedralaves vivió este martes su día grande de Carnaval con un desfile en el que el colorido, la imaginación y sobre todo la diversión volvieron a ser los grandes protagonistas un año más. Y es que, tras un año sin poder celebrar esta fiesta en la calle por la pandemia, la gente tenía muchas ganas de disfrutar de uno de los acontecimiento del año en la localidad, y aunque la participación fue algo más reducida que en ediciones anteriores, el ambiente fue similar en el recorrido desde el Prado de San Roque hasta la plaza de la Constitución, con mucha animación también entre el público que se daba cita a ambos lados de la avenida de Castilla y León.

Este año fueron tres las participantes en la categoría de carrozas, a las que se sumaron media docena de comparsas, con representación de la localidad vecina de Sotillo de la Adrada, cuatro grupos y otras tantas parejas que quisieron sumarse también con sus disfraces a esta gran fiesta de Carnaval que pasa por ser una de las más animadas y participativas de toda la provincia y que en esta ocasión tuvo también un tiempo soleado muy propicio para el desfile.

En cuanto a la temática, fue como cada año muy variada, y no faltaron los clásicos disfraces de temas infantiles, como el videojuego Mynecraft, los payasos, las brujas o los Piedraminions, entre otros, pero también hubo alusiones a la pandemia y hubo disfraces de vikingos, monstruos o clavellinas, además de los quintos de los dos últimos años, que desfilaron fuera de concurso. Yen el caso de las carrozas, el regreso del carnaval, una disco funky y unos buscadores de tesoros fueron los temas elegidos.

Una vez terminado el desfile y ya en la plaza de la Constitución, todos los participantes y demás asistentes siguieron la fiesta tomando una limonada y unos bollos de carnaval.