Un inédito mandato cargado de desafíos

Agencias
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El Gobierno de Pekín, encabezado nuevamente por Xi Jinping, se fija la reactivación de la economía, la reunificación de Taiwán y las relaciones con EEUU como sus grandes retos

El presidente del país es aplaudido por los cargos del gigante asiático tras revalidar por tercera vez su liderazgo - Foto: EFE

China comenzó ayer una nueva andadura de la mano de su ya histórico presidente, Xi Jinping, quien ha conseguido, por primera vez, revalidar su mandato por tercera vez consecutiva. Y lo hace tras concluir su Asamblea Nacional Popular en la que el dirigente presentó a su Gabinete con el que deberá reactivar la economía y gestionar las tensiones con Estados Unidos, además de continuar con su plan para la reunificación de Taiwán.

La continuidad de Xi no estaba en entredicho, pero sí había expectación sobre quiénes pasarían a administrar el Ejecutivo y los principales órganos estatales: la Presidencia de la Asamblea fue a parar a manos de Zhao Leji, aliado cercano al mandatario, mientras que Wang Huning, considerado el máximo ideólogo del PCCh actual, logró la Jefatura del principal órgano consultivo del país. A ellos hay que sumar la designación como primer ministro de Li Qiang, número dos del PCCh, quien debutó ayer ante la prensa con promesas de más apertura al exterior y de un mejor entorno para las empresas privadas.

Reactivar la economía china, maltrecha por la burbuja inmobiliaria, amenazada por el declive demográfico y con un consumo gripado como consecuencia de los tres años de aislamiento por la extinta política de cero covid, será el gran desafío de Li para el próximo quinquenio.

El premier reconoció que China deberá «redoblar esfuerzos» para alcanzar el objetivo de crecimiento de «alrededor del 5 por ciento» para 2023, en un momento de «incertidumbre» e «inestabilidad», señaló, y después de que varios sectores, como el tecnológico o el educativo, afrontaran regulaciones e investigaciones durante los últimos años.

Li agregó que el país tratará de «garantizar que el crecimiento, el empleo y los precios se mantienen estables» y de «avanzar en el desarrollo de alta calidad», y presumió de que China está respaldada por «múltiples ventajas», como «un gran mercado, un sistema industrial completo, recursos humanos abundantes, una base sólida para el desarrollo y una gran fortaleza institucional».

Prioridades

La tensa relación entre Washington y Pekín marcará las pautas del nuevo Ejecutivo, si bien Li argumentó que «el desacople entre ambos no interesa a nadie». Por su parte, Xi pidió  «trabajar para lograr una mayor autosuficiencia tecnológica» en respuesta a las medidas tomadas por varios países, especialmente Estados Unidos, que según Pekín buscan dificultar su acceso a componentes de alto valor añadido.

«Occidente, encabezado por EEUU, ha implementado una contención integral para reprimir a China», aseveró el presidente, quien, además, exigió al Ejército de su país que proteja «la estabilidad y el desarrollo» del gigante asiático después anunciar un aumento del gasto de Defensa al 7,2 por ciento este año.

Y de fondo, la cuestión de Taiwán, isla autogobernada que Pekín reclama. Xi proclamó que la «reunificación» es «esencial» para la modernización de China, y subrayó que Pekín se opondrá a las «fuerzas externas» y a los «secesionistas» que intenten declarar una hipotética independencia de la isla. Así, pidió defender el «principio de una sola China».