Un recorrido por la ampliación del polígono de Vicolozano deja la sensación de que allí se ha detenido el tiempo. Bien puede ser una metáfora del erial empresarial en el que esta provincia va camino de convertirse. Pese a la necesidad de nuevos proyectos empresariales que arrastra Ávila, en Vicolozano nada ha cambiado en los últimos ocho años. La quiebra de la constructora encargada de urbanizar la segunda fase del polígono lo dejó a medias y así ha permanecido aproximadamente desde el año 2011.

«No es que no haya suelo industrial, es que no está operativo, no está a disposición de ninguna empresa porque las parcelas no tienen suministro eléctrico ni otros servicios básicos necesarios para producir», lamenta Miguel Ángel del Monte, presidente de la Asocición de Empresarios del Polígono de Vicolozano. «Es como si te compras una casa y no te dan luz ni agua, así que no puedes quedarte a vivir en ella», apunta, al tiempo que critica que se está «enmascarando el problema real» porque, dice, «por un lado nos cuentan que están buscando empresas, que montan tracciones para atraer empresas -en alusión a la Oficina Tracción Ávila creada con fondos de la Diputación a través del Plan Ávila 2020-, pero ¿dónde las vamos a meter si no hay suelo industrial disponible para que esas empresas se instalen?», se pregunta del Monte.

La paradoja que se da en Ávila en este sentido es compartida por parte de Juan Saborido, presidente de Confae, entidad encargada de poner en marcha la Oficina Tracción Ávila. En declaraciones a este diario, coincide en que «las parcelas que hay libres no están dotadas de servicios, es terreno baldío, por lo que es muy complicado» que ahora mismo -como tampoco antes- pueda instalarse ningún proyecto empresarial en ese polígono. Precisamente, el propio Saborido acudió recientemente a una reunión en el Instituto de Competitividad Empresarial en busca de información precisa que permita trabajar a los técnicos de la Oficina Tracción Ávila encargados de la búsqueda de nuevos proyectos empresariales para la ciudad y el resultado fue poco clarificador. «En Vicolozano hay parcelas de distintos tamaños, pero sin dotar de servicios; otras son propiedad del Sareb, así que estamos a la espera de que nos den información un poco más detallada, pero la conclusión es que llevamos mucho retraso en este tema», admite Saborido.

El hecho de que la amplicación del polígono de Vicolozano lleve ocho años durmiendo el sueño de los justos en una capital tan necesitada de nuevos proyectos empresariales que generen empleo y riqueza no deja de resultar sorprendente, sonrojante incluso, máxime cuando esa zona industrial «es el espacio natural para crecer, sobre todo si queremos traer industrias de gran capacidad, no solo porque Vicolozano tiene suelo, también por su ubicación estratégica entre la carretera nacional y la autopista, lo que garantiza que el transporte de alto tonelaje no pase por la ciudad», defiende del Monte. «El motor industrial de Ávila debería ser el polígono de Vicolozano», recalca. Así lleva demandándose «cuatro años» por parte de la Asociación de Empresarios de Vicolozano ante la Junta de Castilla y León y ante el Ayuntamiento de Ávila. «No solo no hay hueco para las empresas que pudieran venir, es que tampoco se está dando valor a las empresas que ya estamos en Vicolozano», lamenta.

El reproche a la Junta de Castilla y León es de pura dejadez. «Después de presentarnos las parcelas que había vacías, hubo dos empresarios interesados en hacerse con terreno y fue entonces cuando nos dijeron que no estaban a disposición, que es lo mismo que no tenerlas. De aquello han pasado tres años y desde entonces hemos preguntado decenas de veces, pero la respuesta era siempre la misma: que no estaban a disposición y que no nos podían dar más información, así que hace un año nos cansamos y dejamos de preguntar».

Pero las críticas también van dirigidas al equipo de Gobierno en el Ayuntamiento de Ávila, en concreto al que presidió José Luis Rivas, al que acusa de dejar a los empresarios de Vicolozano «totalmente abandonados». Y pone como ejemplo el convenio para la dinamización del polígono que venía firmándose cada año, por el que se contrataba a una persona que se encargaba de supervisar el polígono para detectar necesidades puntuales que corregir y también de buscar fondos para formación. Ese convenio, que empezó en la época de Miguel Ángel García Nieto como alcalde, dejó de renovarse en la legislatura pasada.

«Ni en los cuatro años anteriores ni en lo que va de esta nueva legislatura se ha hecho nada, no sé si hay algo más importante que atender al principal motor económico de esta ciudad, pero de momento el actual equipo de Gobierno no se ha reunido con nosotros, aunque sí se ha hablado de mantener una reunión en la próxima semana o en la siguiente», revela Miguel Ángel del Monte, que confiesa el desaliento que cunde entre los empresarios a la vista de los hechos. «Se nos ha invitado a foros en los que hemos hecho propuestas para mejorar el polígono y todo ha caído en saco roto», afirma. En la actualidad, en la primera fase de ese polígono están asentadas ochenta empresas en las que tienen su puesto de trabajo unas mil personas. «Algunas son empresas de referencia en Ávila», destaca.